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«Después de casi ocho años de aguantar las penurias de esta obra de al lado tan extraña, no hemos conseguido que nos quiten este ... horrible andamio estos días a pesar de que no habrá nadie trabajando en ella. Disculpen las molestias. A veces el autónomo no pide ayudas, sólo necesita que no le pongan obstáculos».
Vaduva, la joyería artesanal de Portales 22, recibe estos días a su clientela dando explicaciones, haciéndoles partícipes, por así decirlo, de un problema que llevan sufriendo desde hace años, desde 2017 según consta en el expediente al que hace referencia la licencia que muestra la obra de la discordia, con fecha de 2022 (si bien lleva dando de qué hablar desde mucho tiempo antes).
La construcción de pisos turísticos en la citada dirección, en el número 22 de la calle Portales, en pleno Casco Antiguo, ha supuesto notables quebraderos de cabeza para vecinos –y Ayuntamiento– durante varias navidades.
De hecho, en la de 2020 fue paralizada por tercera vez por parte de la Administración local al ser considerada 'pirata', es decir, «sin licencia» –amén de otros incumplimientos urbanísticos–. Antes, incluso, ya habían trascendido incidentes en torno a un proyecto de reedificación que parece no tener fin.
«No voy contra nada ni contra nadie, pero tantos años de obras y este último andamio me han matado», sentencia Susana Pendás, perjudicada como antes fueron otras tiendas. Y es que, para más inri, Pendás explica que el 45% de las ventas de Vaduva se concentran en el puente de diciembre y en Navidad y este año, «gracias a la presencia del andamio», ha ido mejor incluso noviembre.
«No hay derecho a que alguien, por un beneficio particular, perjudique a la comunidad en general; ya me dirás qué imagen se da con un caso como este», espeta muy molesta.
El tan traído y llevado andamio desapareció, pero ahora ha vuelto, y además con un permiso de cuatro meses. «Las obras las están ejecutando poquito a poquito, van solicitando ampliaciones de licencia y permisos para un andamio, un contenedor, etc.», constata el propio Ayuntamiento, que «poco puede hacer» más que «vigilar» –a eso se ha comprometido»– y, visto lo visto, ha requerido a que el andamio, al menos, se asegure en condiciones.
«Podrá ser todo lo legal que quieran decir, pero... que pongan al comercio tantas pegas para la cartelería en el Centro Histórico y precisamente en esta obra luzca uno de alquiler de maquinaria es de traca», clama Pendás.
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