Cien años de la gripe que mató a 300 logroñeses

La gripe que hoy en día transcurre de forma rutinaria más allá de la campaña de vacunación anual y el rastro casi residual que deja cada ejercicio en forma de afectados fue en un tiempo una de las mayores amenazas sanitarias para la población. La conocida históricamente como 'gripe española' pese a que tuvo su origen en Francia se desencadenó en la Primera Guerra Mundial hace ahora un siglo alimentada por el movimiento masivo de tropas y unas deficientes condiciones higiénicas.

Como explica el investigador Francisco Javier Iruzubieta en el estudio que repasa aquel momento histórico y que publicó la revista Berceo, el brote de gripe, que se desarrolló en tres oleadas, alcanzó su punto álgido en octubre de 1918 con unas elevadas cifras de mortalidad en el conjunto del país y un castigo mayúsculo en Logroño. Iruzubieta recapitula cómo el primer brote en la capital riojana ocurrió en junio causando la muerte de nueve personas. Lo que debería haber levantado las primeras alarmas fue sin embargo soslayado por las autoridades sanitarias, provocando así que el segundo repunte acaecido en septiembre disparara las afecciones (86 casos, con doce fallecidos).

La reacción, sin embargo, siguió siendo tibia. El gobernador civil prohibió las aglomeraciones en varias localidades como fórmula para frenar la proliferación, algo que no decretó respecto a las fiestas de San Mateo a donde acudieron muchos visitantes del resto de la provincia. El resultado: un devastador impacto de la pandemia que en octubre contabilizó 2.797 afectados (el 11,5% del censo en el Logroño de aquel entonces) y 159 fallecidos oficialmente, aunque sus efectos se prolongaron durante meses y la tasa real de mortalidad segó 309 vidas.

La coyuntura no sólo desbordó a las autoridades locales, sino que como recalca Iruzubieta reveló la falta de recursos existentes para encarar una crisis de tal magnitud. El Ayuntamiento disponía entonces de tres practicantes y cuatro facultativos del grupo sanitario de la Asistencia Pública Domiciliaria y con el Servicio de Inspección Sanitaria de Desinfección Municipal. Todos ellos, respaldados con los medios del Hospital Provincial gestionado por la Diputación. En total, 30 médicos en toda la ciudad que a duras penas pudieron contener el avance del virus. La falta de organización, sumada a unas deficientes infraestructuras sanitarias, fueron algunas de las razones del alcance de la mal llamada 'gripe española' en aquel octubre de 1918 que hoy es ya sólo recuerdo.

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