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Consuelo muestra los últimos chopos caídos en la margen derecha, que pueden verse en el cauce con sus cepellones desde hace semanas. SONIA TERCERO
El Chivero pide medidas frente a la erosión del río en el camino
Huertas de Varea

El Chivero pide medidas frente a la erosión del río en el camino

Medio Ambiente ·

Propietarios de las huertas de Varea dan la voz de alarma tras la caída del arbolado que quedaba en un tramo de la margen derecha del Ebro y el peligro que supone

Javier Campos

Logroño

Lunes, 2 de mayo 2022, 02:00

Llevan años denunciándolo, tanto como desde los primeros 90, pero los incidentes registrados en los últimos meses han hecho que vuelvan a alzar la voz más aún si cabe ante el creciente peligro que observan. Un grupo de propietarios de huertas de Varea localizadas en el paraje denominado 'Pasada El Mediano' (camino del Chivero) han activado la alarma tras la caída del arbolado que quedaba en un tramo de la ribera del Ebro.

«Hace dos meses que cayó el chopo grande, y al poco cayeron los dos que le acompañaban... el resto, si nadie lo remedia, se seguirán viniendo abajo con los riesgos que ello representa tanto para el camino como para quienes lo transitan». Así lo explica Consuelo, quien a sus 82 años asegura que hubo un tiempo en el que hasta tres filas de chopos se situaban en las riberas antes de apreciar el río.

Nada que ver con la imagen actual, donde se abre un claro con vistas a las aguas que bajan crecidas estos días. Diario LA RIOJA se cita allí con Consuelo y varios propietarios más, quienes dejan constancia de que el Chivero, que así se llama el camino, pide medidas frente a la erosión del río. Lo hicieron oficialmente en noviembre de 1994 y lo han vuelto a repetir en febrero de 2022, escritos a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), y a demás autoridades, que siguen sin respuesta.

Los afectados pidieron ya completar la escollera en 1994 y han vuelto a reclamarlo este 2022

«El Ebro, de forma natural, como producto del acopio permanente de materiales, nacimientos espontáneos y crecimiento de vegetales y masa arbórea en la margen izquierda, constantemente está empujando y erosionando la margen derecha, por lo que cada vez es mayor el peligro para el camino y las superficies de cultivo», denunciaron entonces y reiteran ahora.

Un escrito en el que, tal y como avisan, «venimos observando que las líneas de chopos que existían en el talud de la ribera han venido desapareciendo fruto de las sucesivas crecidas, y en la actualidad no existen más que algunos ejemplares aislados». Y en el que recuerdan que «la CHE, hace años, aguas abajo del lugar, realizó una escollera de defensa» y su continuación, «aunque anunciada en nuestra zona», nunca ha llegado a ser ejecutada.

La CHE y el Ayuntamiento tratarán el problema de manera global dentro de una estrategia de cuenca

«Entendemos que la situación es insostenible y el riesgo para el domino público, sobre todo en lo referente al camino y las propiedades privadas, hace imperiosa una actuación con carácter de urgencia», sentencian para pedir que se adopten las medidas necesarias para proteger la margen derecha del río Ebro y no tener que lamentar desgracias.

Desde la CHE, a requerimiento de este periódico, se informaba de que, en principio, se trata de un camino urbano cuyo responsable sería el municipio; pero se precisaba que, en cualquier caso, ambas administraciones «van de la mano» y será un tema a abordar. El Ayuntamiento, por su parte, adelantaba que se trata de uno más de los problemas registrados y que puede ser de los que se traten junto a la Confederación en la estrategia 'Ebro Resilience', donde se tratará la gestión del río a su paso por la capital de manera global. «No es el río el que se come la tierra, somos nosotros los que alteramos su cauce», avisa el edil delegado, José Manuel Zúñiga.

«Hay que actuar considerando un tramo fluvial más amplio»

Un «problema complejo». Así se refiere a la situación Rubén Ladrera, doctor en Ciencias Ambientales y máster en Ecología de Ríos, quien de entrada destaca el valor de una actividad como la de la huerta de Varea. «Cuando constreñimos el cauce del río alterando o impidiendo su dinámica fluvial, es decir, ese movimiento lateral de las aguas, él mismo tiende a recuperarlo», explica el también profesor de Biología y Geología del IES Comercio y asociado de la UR, quien defiende que más que medidas «puntuales» se imponen actuaciones «globales» considerando un tramo fluvial más amplio que la zona donde hoy se padece esa erosión. Ladrera, al respecto, se posiciona con la estrategia 'Ebro Resilience' para la gestión del riesgo de inundación –donde cree que podría integrarse todo el tramo logroñés–, y aboga por devolverle espacio en aquellos tramos «donde sea viable», por una correcta ordenación del territorio «evitando asentamientos cercanos», y por «soluciones basadas en la naturaleza» con técnicas de bioingeniería. «Se trataría de analizarlo en su conjunto, ver dónde se puede dar más espacio al Ebro para que su poder erosivo sea menor aguas abajo, tal vez reforzar la mota a cambio de ensanchar en otros puntos... pero, en cualquier caso, todo estudiado, dialogado y participativo», concluye.

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