'Chiquitita, chiquitita' y visitable

En un ambiente festivo, que se desarrolló en la tarde de ayer en la calle Ruavieja, el alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, entregó la llave de la capilla al cofrade mayor, Taquio Uzqueda, en un acto simbólico, después de que el Ayuntamiento aprobara oficialmente la ansiada petición de la Cofradía de San Gregorio.

Con la presencia de otras autoridades políticas y religiosas, el cofrade Julio Arnaiz recitó el poema escrito en honor de quien fuera obispo de Ostia en el siglo XI, mientras que Michel García cantó el himno del Santo, compuesto por él mismo años atrás.

«La apertura mensual de la ermita de San Gregorio responde a un anhelo que hemos tenido en la cofradía desde su nacimiento, hace ya cuatro años -explica Uzqueda-, pero que no había sido posible hasta ahora a pesar de que la iniciativa gozó el año pasado del mayor número de solicitudes dentro del presupuesto participativo. Por suerte, el actual gobierno municipal ha aprobado nuestra solicitud».

San Gregorio Ostiense, que alcanzó el capelo cardenalicio en la primera mitad del siglo XI, fue enviado a tierras riojanas por el papa Benedicto IX para combatir una plaga de langosta, que consiguió erradicar. En el mismo lugar de la Ruavieja donde el santo vivió y murió el 9 de mayo de 1044, se levantó una ermita que «hizo hacer a honra y gloria suya» el regidor perpetuo de la ciudad Alonso de Bustamante y Torreblanca en 1642».