«Estas 300 casas las he hecho yo»

No hay ninguna repetida, «ni se me ocurriría», advierte severo. Las hay de varios colores y formas, con el frontal abierto, de ramas de árboles, a modo de cabaña, con tejadillo recto, acabados en punta, inspiradas en los hórreos gallegos, construidas con semillas de pino de Marbella, con madera de una trilladora encontrada en el Camino de Santiago..., juntas parecen un poblado nórdico... Y lo que sí garantiza Santiago es que todas pueden anidar cualquier tipo de pájaro. «A todas le une un denominador común. Me gusta viajar y suelo ir siempre con un cuaderno donde voy anotando ideas y dibujando bocetos que se me ocurren mientras veo casas desde el coche, aunque ninguna es real. Luego es mi imaginación la que las transforma».

Santiago reconoce cada una de ellas como un pastor a sus ovejas y tiene sus preferidas. «Cada una tiene el nombre de un pueblo (también algún valle), he hecho una por cada municipio riojano. Esta se llama Logroño -nos la muestra- y, claro, es la más grande, pero mira esa se llama Haro y esta Calahorra». También enseña una casita realizada con madera de pino de Ezcaray. Entre los materiales reciclados, Santiago ha echado mano de materiales de lo más variopinto como viejas persianas de madera, troncos encontrados en el camino y ha llegado a utilizar más de cien palés...

Lo que empezó como un entretenimiento se ha convertido en un curioso muestrario, muy poco habitual en el mundo del coleccionismo. Todavía no lo tiene confirmado, pero fantasea con la posibilidad de haber logrado un récord: «No creo que nadie haya hecho tantas», dice ilusionado también con dar a conocer su trabajo.

A este carpintero, que tuvo su propia fábrica en Lardero, le gustaría colaborar con alguna entidad benéfica para exponer sus casitas al público de forma desinteresada. «Estoy abierto a cualquiera que se muestre interesado», afirma.

Ibercaja ya acogió en 2013 una exposición de tejas pintadas al óleo por Santiago Solano, otra curiosa iniciativa artística que sirvió entonces para financiar la restauración de las campanas de Valgañón. La exposición incluyó la exhibición y venta de cien tejas pintadas a mano por este polifacético artista riojano. La obra se realizó al óleo y con pintura sintética sobre tejas de más de 200 años y procedentes de las antiguas tejeras de Valgañón.