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Imagen de las dos alturas que se alzan en el número 5 de la calle Herrerías sobre el bajo ocupado por la Cestería Ulecia. Justo Rodriguez
La casa de don Maximiano lanza un SOS

La casa de don Maximiano lanza un SOS

La reciente caída de cascotes desde la cornisa de Herrerías 5, el que fuese domicilio del primer arquitecto municipal y provincial de Logroño, da la voz de alarma sobre la conservación de tan característica fachada

Javier Campos

Logroño

Domingo, 25 de abril 2021, 19:51

Herrerías 5 lanza estos días su particular SOS. La voz callada de Maximiano Hijón resuena en todo el Casco Antiguo. Una de las fachadas más características del centro histórico de Logroño, la de la casa del que fuese primer arquitecto municipal y provincial en un cada vez más lejano siglo XIX, envía su señal de socorro tras una caída de cascotes que ha hecho que aquellos que más sensibilidad muestran con el patrimonio hayan dado la voz de alarma.

Los bomberos actuaron la semana pasada en la fachada del inmueble, donde retiraron algunas piezas del alero para evitar males mayores tras registrarse el desprendimiento de parte de la cornisa. Así lo confirmaba el propio Ayuntamiento, desde donde se precisa que tras el correspondiente informe del Cuerpo a la Oficina de Regeneración Urbana y Vivienda, esta ha abierto expediente e instará a la propiedad a que tome las medidas oportunas.

Elementos. Dos miradores, cuatro balcones y la puerta de entrada con aldabas de león sobresalen en una de las fachadas más singulares del Casco Antiguo de Logroño, junto a la plaza del Mercado. Justo Rodriguez
Imagen principal - Elementos. Dos miradores, cuatro balcones y la puerta de entrada con aldabas de león sobresalen en una de las fachadas más singulares del Casco Antiguo de Logroño, junto a la plaza del Mercado.
Imagen secundaria 1 - Elementos. Dos miradores, cuatro balcones y la puerta de entrada con aldabas de león sobresalen en una de las fachadas más singulares del Casco Antiguo de Logroño, junto a la plaza del Mercado.
Imagen secundaria 2 - Elementos. Dos miradores, cuatro balcones y la puerta de entrada con aldabas de león sobresalen en una de las fachadas más singulares del Casco Antiguo de Logroño, junto a la plaza del Mercado.

El problema es que las medidas, según quienes llevan años advirtiendo de que la casa está ahí, viendo pasar el tiempo, no pueden ser otras que la rehabilitación integral de tan ornamental fachada. No vale un lavado de cara cualquiera, pues los elementos decorativos que dan forma a la misma comienzan, en algunos casos, a correr serio peligro.

La casa se construyó a mediados del siglo XIX y a finales del mismo y principios del XX albergó una escuela

Más allá del deterioro que presentan los dos miradores y los cuatro balcones, las figuras femeninas entre la primera y segunda planta, los animales que coronan la columnas que enmarcan cada 'apertura' en la fachada, y las flores que pueden verse en la base de cada una de ellas tampoco ofrecen su mejor aspecto –falta de hecho uno de los leones y algunas flores han perdido su forma original–.

Imposible, en cualquier caso, que uno no repare en tal frontispicio cuando pasea por la estrecha calle que desemboca en la plaza del Mercado. Amigos de La Rioja, de manos de Federico Soldevilla, llamaba la atención sobre el mismo en febrero de 2017. Un paseo guiado para homenajear a don Maximiano.

Adornos. Molduras y elementos decorativos jalonan el frontispicio con figuras humanas (de mujer), animales (leones o bestias similares) y columnas con flores, algunas visiblemente deterioradas. Justo Rodriguez
Imagen principal - Adornos. Molduras y elementos decorativos jalonan el frontispicio con figuras humanas (de mujer), animales (leones o bestias similares) y columnas con flores, algunas visiblemente deterioradas.
Imagen secundaria 1 - Adornos. Molduras y elementos decorativos jalonan el frontispicio con figuras humanas (de mujer), animales (leones o bestias similares) y columnas con flores, algunas visiblemente deterioradas.
Imagen secundaria 2 - Adornos. Molduras y elementos decorativos jalonan el frontispicio con figuras humanas (de mujer), animales (leones o bestias similares) y columnas con flores, algunas visiblemente deterioradas.

Maximiano Hijón Ibarra, figura tan grande como olvidada, nació en Logroño en 1817 (donde también murió en 1891), se licenció en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y tuvo el privilegio de ejercer como primer arquitecto provincial y municipal de Logroño. También fue Hijón arquitecto provincial de Navarra, residiendo durante esos años en Pamplona y dejando su sello en el edificio que en plena plaza del Castillo alberga el histórico Café Iruña. Cuentan que incluso se ocupó de la decoración de tan emblemático establecimiento.

De entrada, de Herrerías 5, que podría datar de principios de la segunda mitad del siglo XIX, llaman la atención los llamadores zoomorfos de su puerta. Unas aldabas con forma de león, muy admirados y usados en tiempos pasados, que anunciaban a golpes, y no con rugidos, a las distintas personalidades que llegaban a visitar a los moradores de tan notable casa.

Justo Rodriguez

«Corría el último tercio del siglo XIX, cuando nuestros amigos los leones, que no dejaban de sonar, anunciaban las llegada de coches y calesas, con sus distinguidos ocupantes, que acudían a la celebración del cumpleaños del anfitrión», escribió en su día Federico Soldevilla, dando cuenta de lo conocidos y esperados que eran los eventos que de vez en cuando se celebraban allí.

Justo Rodriguez

Y es que en la casa solariega, con elementos tanto o más singulares en su interior, eran frecuentes las fiestas, las visitas insignes, los conciertos, así como las tertulias sobre música, pintura, cultura, política y actualidad en general, tal y como narrase el periodista riojano Marcelino Izquierdo. La misma, a finales del XIX y principios del XX, albergó una escuela para niños pobres, pues Hijón creó junto a su segunda esposa, Rosa López Corona, una fundación para los más desfavorecidos.

La propiedad está a la espera de que el Ayuntamiento se pronuncie sobre la fachada

«El primer interesado en la conservación del inmueble soy yo, que he nacido allí». Así se pronuncia Pablo Ulecia, de Cestería Ulecia, asentada desde hace años en los bajos de la en su día casa de don Maximiano. El propietario de Herrerías 5 a día de hoy permanece a la espera de que se pronuncie el Ayuntamiento al respecto.

La Administración local, preguntada por Diario LARIOJA, adelanta que desde la Oficina Municipal de Regeneración Urbana y Vivienda –antes de Rehabilitación y Centro Histórico– se ultima un informe de requerimiento para la revisión completa de la fachada y la rehabilitación de los elementos que así lo precisen.

El inmueble en cuestión cuenta con un grado 3 de protección al ser considera un edificio con constantes tipológicas o elementos arquitectónicos interesantes, para cuya rehabilitación existen ayudas publicas.

«El Ayuntamiento está abierto a hablar con los propietarios para buscar una solución, pero son estos los que deben dar el paso», explica el concejal delegado Adrián Calonge. Se da la circunstancia de que la Unidad de Casco Antiguo y Patrimonio Histórico se ubica en el 18 de la misma calle.

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