El cambio urbanístico para la sede de Bosonit logra el visto bueno de Patrimonio con tres votos en contra

Según han confirmado a Diario LA RIOJA fuentes oficiales, el Consejo Superior de Patrimonio Cultural, Histórico y Artístico de La Rioja celebrado el 1 de julio dio luz verde al planeamiento que se tramita para el número 20 de Marqués de San Nicolás por nueve votos a favor, dos abstenciones y tres votos en contra. Tres votos emitidos por los representantes del COAR, del IER y de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, tal y como ha podido saber este periódico, siendo la negativa del primero la que ha trascendido después de que el Colegio Oficial de Arquitectos de La Rioja comunicase a los suyos tal postura.

Una postura acordada tras dos reuniones de trabajo y que llegó cuando la institución solicitó al Consejo que se aplazase tal votación a fin de disponer de más tiempo y de la documentación técnica precisa para poder analizar en detalle la modificación puntual remitida desde el Ayuntamiento –lo que fue desestimado–. De la misma manera, también la Diócesis votó en contra, «ya que no se concedió que ese punto del día se pasase a la reunión siguiente para disponer de más documentación y más tiempo».

El COAR, además, lo pidió tras detectar «discrepancias entre lo permitido en la documentación gráfica y lo expresado en el texto que le acompaña» a los efectos de determinar cuál va ser la volumetría exacta del mismo en relación a Santa María de Palacio.

Y es que, ya en su voto negativo y a la espera del proyecto definitivo de la futura sede de la empresa –que llevará la firma del estudio de arquitectura del japonés Kengo Kuma–, consideran que en la parcela «se definen un uso y un volumen genéricos que originan un gran impacto negativo en el entorno de este ámbito del Casco Histórico» y, en concreto, de la citada iglesia y del Camino de Santiago.

«Consideramos que se trata de un urbanismo a la carta para posibilitar la implantación de un edificio que no se define formal ni volumétricamente en este documento», razona el COAR, para reclamar que la modificación debe «asegurar que cualquier tipo de intervención arquitectónica se adecue a la normativa urbanística y de protección existentes», lo que puede hacerse en un «esfuerzo por conjugarlo todo».

El decano, Ángel Carrero, lo justifica de manera constructiva: «El COAR seguirá trabajando en una línea didáctica para que la edificación prevista no agote las previsiones admisibles de esta modificación puntual, e intentando que se proceda a una nueva acorde al impacto que puede representar su volumetría».

Al respecto, desde el Ayuntamiento de Logroño siempre se ha insistido en que Bosonit «ha hecho una propuesta de primer nivel con una clara sensibilidad con el entorno» y, llegados a este punto, el concejal de Desarrollo Urbano, Jaime Caballero, recordaba que lo aprobado es la modificación del planeamiento –el paso de residencial y libre privado a dotacional privado de servicios– para diferentes actividades, lo que no debe ser confundido con el proyecto en sí. Primero, urbanismo –aún falta la aprobación provisional y la definitiva (con la COTUR de por medio)–; y después, arquitectura.

Desde Bosonit, por su parte, se defiende que el «edificio propuesto busca la integración y la creación de un centro/polo de atracción y actividad» –el Gobierno de La Rioja ha declarado el proyecto de interés estratégico regional– y que, entre otros, «se alineará en altura con Santa María de Palacio en su encuentro con esta, como muestra de respeto».

«La volumetría, manteniendo la edificabilidad, quiere respetar y responder a las edificaciones adyacentes y es por eso que se propone escalonada, de forma que la parte en contacto con la iglesia ajuste su altura hasta la cornisa que hace medianera», explican dejando claro que incluso esta semana los autores de la idea así lo expusieron en el propio COAR.