Borrar
Aspecto de un tramo de la calle tras unas demoliciones de pabellones llevadas a cabo. JUAN MARÍN
El cambio que no termina de llegar a Lobete

El cambio que no termina de llegar a Lobete

Transformación. La avenida sigue a la espera de una reurbanización que no se acomete y una reconversión industrial que aún no ha deparado mejoras

Lunes, 12 de julio 2021, 07:29

Están cansados los vecinos de la avenida de Lobete del estado en el que se encuentra su calle y, sobre todo, de que la urbanización de la misma se vaya demorando a cuenta de unas construcciones que parecen no llegar nunca y, mientras, quien pase tenga que bailar con aceras levantadas, baldosas despegadas y ahora también, tras el derribo de alguno de los pabellones, junto a un mazacote de cemento y bajo unos cuantos cables colgantes.

La inversión en una rotonda holandesa al final de la calle, como parte de una red de carril-bici hasta el centro, ha sido un poco la gota que les ha colmado el vaso de la paciencia, según han hecho saber, porque ni se aproxima a solucionar lo que consideran carencias de la zona. Si bien saludan las mejoras que facilitan la circulación ciclista, faltaría más, entienden prioritaria la movilidad peatonal, que no siempre reúne condiciones en su entorno. Se encuentran, además, con que la fase I del soterramiento está sin acabar en lo que a su espacio concierne y que una parte del mismo que no está urbanizado pero que tampoco está cerrado al público se usa para pasear y sacar a las mascotas no sin riesgo para quien accede que, además, puede encontrarse basura, múltiples pintadas, colchones, solares con maleza seca... No les vendrían mal respuestas, cuentan.

Y es que adentrarse en Lobete es darse en los números pares con una valla interminable, a tramos pintarrajeada, desde la zona de las estaciones hasta Eliseo Pinedo, una acera justita y cruces nuevos, resultado de la prolongación de las calles perpendiculares que ha propiciado el soterramiento, que no siempre contemplan itinerarios fáciles para los peatones. Eso que ya en 2013 se estaba adjudicando el proyecto para reurbanizar la zona. Pero va pasando el tiempo y la reforma no ha llegado todavía. Flecos más que notables que le quedan a la fase I.

Desde ahí hasta el seminario el entorno está en plena reconversión industrial, con firmas que han dejado sus ubicaciones, con edificios vacíos y con demoliciones recientes, pero aún no se han dado los pasos que hagan más habitable el conjunto residencial en el que se ubican.

Conviven en esta parte de la calle, entre Eliseo Pinedo y el final, dos planes especiales de reconversión, Lobete I y Lobete II, que caducaban en 2016 y que, además, en los informes municipales en los que se hizo repaso allá por 2018 del avance de la transformación de las zonas industriales a residenciales se consideraban de desarrollo prioritario. Como en Lobete II había impulso de la iniciativa privada, el Consistorio se propuso centrarse más en Lobete I. El plan para Lobete II, que afecta al entorno de la gasolinera e incluso preveía una rotonda y una superficie comercial, acabó aprobado pocos días antes de las últimas elecciones municipales, en 2019, y casi de forma inmediata entró en los juzgados porque no todo el mundo quedó satisfecho con el resultado. Allí sigue.

De momento, no se han expedido licencias que indiquen que se va a construir a corto plazo, si bien, por ejemplo, en el hueco de las últimas naves tiradas irían dos bloques, uno de cinco y otro de ocho alturas. También se han realizado durante muchos meses las gestiones para que pueda construirse una residencia de mayores al final de la avenida, cerca ya del nudo con el Seminario. Los pasos urbanísticos se dieron, pero aún tampoco se han gestionado licencias para empezarla.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja El cambio que no termina de llegar a Lobete