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La segunda planta del tan traído y llevado Centro de la Cultura del Rioja, el popularmente conocido como CCR, ya tiene quien la quiera: la tecnológica local Bosonit, cuyo proyecto presentado al concurso público aspira a generar actividad 'de valor' en el citado espacio.
La concesión demanial de uso privativo de la planta segunda del edificio ubicado entre las calles Ruavieja, Mercaderes y Mayor, a la segunda, ha tenido licitadores; y el proceso, a punto de culminar, tiene un ganador.
Así, la oferta de la consultora del grupo NWorld es la mejor valorada para ocupar un espacio que apuesta por «la creación de un entorno formativo y emprendedor de transformación digital y de innovación en el sector agroalimentario, del enoturismo y su cadena de valor, así como en el de la cultura, el arte, la gastronomía, el turismo y el crecimiento económico». Y lo hace imponiéndose a la propuesta de Proinnova, la sección dedicada a la innovación del grupo educativo Proeduca, matriz de UNIR (que ya participa en la plataforma nacional de destinos turísticos inteligentes dedicada al enoturismo que alojará el centro).
«La oferta de Bosonit se caracteriza por plantear un uso del espacio en torno a tres ejes: centro de emprendimiento, 'hub' internacional de innovación, formación y turismo inteligente, y espacio de formación avanzada en tecnologías de gestión, destacando por su plan de comunicación y divulgación. A todo ello se une un alza sobre el presupuesto base de licitación del 195,81%», puede leerse en el acta de la mesa de contratación, donde la propuesta que será elevada para su adjudicación se ha impuesto en los criterios objetivos, aunque no en los subjetivos (con un peso de 80/20).
Se daba la circunstancia de que el concurso, tras quedar desierto en un primer intento, fija un periodo de concesión de ocho años por un total de 81.132,53 euros y, por tanto, 10.142 euros al año en concepto de canon. Y mientras Bosonit lo ha elevado a los 30.000 anuales, Proinnova Estrategia se quedó en los 18.052 euros.
Bosonit, que además está a la espera de licencia para construir su controvertida sede en el Casco Antiguo, plantea el uso de la segunda planta del CCR como un «espacio emblemático y de referencia internacional» que albergará: 'The Wick', el centro de emprendimiento internacional del grupo empresarial NWorld; el 'hub internacional de innovación, formación y turismo inteligente', como centro neurálgico de su estrategia de transformación digital de la cadena de valor del sector agroalimentario, vinícola y turismo; y un espacio de formación avanzada en tecnologías y gestión de destinos turísticos inteligentes y en tecnologías aplicadas al sector del vino y el turismo, además de la formación en tecnologías transversales.
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