Bezares, Hernáez y Rodríguez Moroy ya tienen sus insignias

El primero en recibir su insignia ha sido Alejandro Bezares, tras el perfil con sus distintos hitos que ha leído su amigo, el periodista José María Esteban Ibáñez. Alejandro Bezares, por su parte, ha extendido el reconocimiento a todos aquellos que le han acompañado en los proyectos en los que ha participado.

«Tuve la suerte de nacer en Logroño en 1933», ha dicho el galardonado, para explicar que a cuenta de esa circunstancia el cambio político le pilló siendo «un cuarentón experimentado» y eso le permitió «estar en todas las salsas», léase Federación de Empresarios, Rotario, consejero de Industria del primer Gobierno riojano... «sin dejar de atender el negocio familiar, Torrealba y Bezares».

Pero hubo dos de todas esas iniciativas en las que se detuvo un poco más, la del Club Náutico, organizado una tarde de otoño de 1954 en el bar Ismael... y en la Cofradía del Pez, por eso de las fechas y poque, de la misma, ha invitado a quien lo desee a participar mañana en el reparto. «Mis méritos se podrán cuestionar, pero nunca mi amor a Logroño y a La Rioja», ha finalizado.

La presentación de Luz Hernáez la ha realizado la directora general municipal de Servicios Sociales, Carmen Tamayo, y de ella, entre otras muchas cosas, ha dicho, tras referir proyectos que impulsó en sus tiempos de concejala, como la red de centros de servicios sociales o la dignificación de alojamientos para transeuntes: «De ella aprendí que hay que mirar lejos, de frente, hacia el horizonte».

Luz Hernáez, tras recoger su galardón de manos del primer edil, se ha acordado de las «personas con las que he compartido mis compromisos» para después hablar de un «sueño de fraternidad y de justicia social que no se quede solo en palabras», de su deseo de que Logroño sea acogedora y solidaria con quienes acuden a ella, de que «elijamos no pasar de largo» al encontrar personas con necesidad en el camino de la vida... y ha recurrido al patrón, San Bernabé, cuyo nombre, José, fue cambiado por los apóstoles a «Bernabé, el que trae consuelo», para ponerlo como referente.

La figura de Luis Javier Rodríguez Moroy la ha introducido Manolo González, también periodista, quien ha destacado, entre otras cosas, que al primer presidente riojano «le tocó un tiempo trascendental y supo estar a la altura» para, a continuación, señalar su papel de ponente del Estatuto o de su intensa actividad política posterior.

El que fue presidente entre los años 1982 y 1983 ha 'paseado' por el Logroño de su infancia en El Espolón, con sus canicas, sus chapas y el potro, o por la playa y el fútbol o por sus distintos templos gastronómicos... estimulado por «este premio tan logroñés». Casi, ha apuntado, le parece «pretencioso recibir un reconocimiento de la ciudad cuando yo le debo tanto».

El acto lo ha cerrado el alcalde destacando «la audacia, la valentía, generosidad, solidaridad, emprendimiento y trabajo» de los tres reconocidos en su vida laboral y en su labor por la ciudad.