El parque de los Enamorados como punto neurálgico de un barrio que se ve anclado por la infraestructura inacabada del soterramiento. Los vecinos de esta ... zona ansían la culminación de este proyecto gigantesco para verse integrados en la ciudad, al igual que reactivar el PERI Paula Montal y la apertura de la calle Éibar. La presidenta de la Asociación de Vecinos Parque de los Enamorados-San Lázaro, Rosa Calavia, lo tiene claro: «Vivimos muy tranquilos, pero es necesario avanzar en el soterramiento para que la ciudad progrese».
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Servicios. Dos colegios, uno público (CEIP Ana María Matute) y otro concertado (Paula Montal). El centro infanto-juvenil de La Atalaya es el más cercano.
Comercio. Dos supermercados de mediano tamaño y varias tiendas de proximidad.
Parques y zonas verdes. Parque de los Enamorados, con área infantil y zona de esparcimiento canino;parque de San Lázaro, parque de la Cerámica...
– ¿Qué es lo mejor de vivir en esta zona?
– Lo mejor es la tranquilidad, que es un barrio nada conflictivo. Tenemos un parque maravilloso, un pulmón verde, en el Parque de los Enamorados. Y aparte de eso, estamos muy cerca del centro, en diez minutos estás en la Gran Vía. Y tenemos casi todos los servicios aquí o muy cerca, incluidos dos supermercados.
– ¿Y lo peor, lo que más críticas genera entre los vecinos?
–Lo peor es la accesibilidad al barrio, solo podemos entrar por avenida de Burgos. Y luego está la pasarela de Gonzalo de Berceo, que es verdad que ahora están arreglando, pero es solo peatonal, y hay que subir y bajar, lo que a la gente mayor ya le resulta costoso.
– Plantee tres reivindicaciones para su barrio, las necesidades más apremiantes.
– La principal es el soterramiento, que es un problema general de varias zonas de la ciudad. Este era un barrio que tenía muchísimas posibilidades cuando vinimos a vivir hace 25 años, porque el proyecto ya estaba en marcha pero se ha quedado en agua de borrajas. Han terminado casi la primera fase, pero aquí afecta la segunda y no tiene visos de proseguir porque se necesita tantísimo dinero que no lo vemos viable a corto plazo.
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La segunda es que se reactive el PERI Paula Montal para que se pueda abrir la calle Éibar y terminar de urbanizarla, retirando las naves vacías que hay en esa parte del barrio. Han pasado casi diez años desde que acabó el plazo para culminar el PERI Paula Montal y seguimos igual.
Y tercero, un polideportivo si no en la zona, porque aquí no tenemos parcelas dotacionales, podría ser en Siete Infantes, que no nos pilla lejos.
– ¿Y qué le sobra a la zona?
– Al barrio le sobran las naves abandonadas, en las que muchas veces se cuelan chavales y luego está el riesgo de que se produzcan incendios. Esto es una zona residencial y las fábricas deberían ir fuera del centro urbano. También le sobra el paso en superficie del ferrocarril, la pasarela, porque lo que necesita el barrio es una integración de las vías más cómoda, más accesible y más práctica.
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– ¿Alguna demanda histórica que nunca haya sido atendida?
– Aparte del soterramiento y el PERI Paula Montal, llevamos tiempo pidiendo que nos amplíen las zonas de juego infantiles que hay dispersas por el barrio, porque hay muchos niños pero pocos columpios y juegos para ellos. Por ejemplo, la calle Guipúzcoa se llena de niños y tienen muy poco para ellos. Se pidió en Presupuestos Participativos hace años y, de momento, no han atendido esta petición. E igual ocurre con las zonas de calistenia y de ejercicio para las personas mayores, que tampoco hay en el barrio y llevamos tiempo pidiendo que las instalen.
Y otro asunto que llevamos años pidiendo es que ensanchen una de las aceras de la calle Guipúzcoa, que tiene una amplitud de 1,8 metros cuando la de enfrente, la de Mercadona es de ocho metros. Creemos que es un asunto fácil que beneficiaría a muchos vecinos que transitan por esta calle.
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– ¿Qué le pide a los vecinos de su zona?
– Sobre todo, participación, nos gustaría que se sumara gente joven, activa, con nuevas ideas para reivindicar cosas y luchar.
– ¿Y al Ayuntamiento?
– Que no solo escuche, sino que también actúe. No solo valen las buenas palabras, pero tiene que actuar y coger el toro por los cuernos.
– ¿Es un buen lugar para los niños, los jóvenes y los mayores?
– Sí, porque es un barrio tranquilo. Es como un pueblito pequeño, salimos a la calle y nos saludamos, nos conocemos todos. Se puede pasear bien, tiene varios parques, está el de los Enamorados, que es grandísimo. Luego está el de San Lázaro y también el parque de la calle Cerámica. En cuanto a un sitio para los niños, nos toca cerca la ludoteca de La Atalaya, que también acoge a chavales un poco más mayores.
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Y luego los mayores pueden ir al centro de La Cometa, pero volvemos a la incomodidad de que tienen que llegar por la pasarela, lo que se hace pesado.
– ¿Y para los animales de compañía?
– Sí, sí, porque hay varios parques, no dan problemas y luego tenemos una zonas de esparcimiento canino en el Parque de los Enamorados que es enorme y está en muy buenas condiciones.
– ¿Qué envidia de otros barrios de Logroño?
– No es tanto una cuestión de envidia sino de que otros barrios han progresado mucho, gracias por ejemplo al soterramiento. Este, en cambio, no avanza al mismo ritmo por la brecha de la vía. Pero luego, valoramos mucho que aquí lo tenemos todo a unos diez o doce minutos. Consideramos que estamos cerca del centro, pero con las ventajas de la independencia que te da un barrio tranquilo. Y además, tenemos hasta tres líneas de autobús urbano que recorren el barrio o lo circundan. Quizás echamos de menos un polideportivo que dé servicio a toda la parte suroeste de la ciudad, pero en general estamos contentos.
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Justo al otro lado de la vía, paralela a la calle Paula Montal, discurre la pequeña travesía de San Lázaro y la calle homónima, cuyas edificaciones se levantaron entre las décadas de 1950 y 1960, sobre los mismos terrenos en los que se ubicaba el desaparecido puente de San Lázaro, una ermita, un hospital y hasta un pequeño ventorrillo que cobijaría a los peregrinos que partían hacia Navarrete y Nájera. También el término San Lázaro se remonta a la existencia en esta parte de la ciudad de la recordada ermita junto al hospital de leprosos, colocada bajo la advocación de este santo y de la que no queda el menor vestigio. Según el callejero de Jerónimo Jiménez, «existen noticias documentadas de la existencia del hospital de San Lázaro de Logroño en el año 1230».
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