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El presidente de la Asociación de Vecinos de El Cubo, Ismael Touré, posa delante de una de los amplias zonas verdes que se abren en el barrio. IRENE JADRAQUE / SADÉ VISUAL

Patio de vecinos | A. V. El Cubo

El barrio verde que aguarda atención

Paciente tranquilidad | Los vecinos de El Cubo reclaman que se active el soterramiento, además de mejoras en iluminación y una rotonda al final de Carmen Medrano

Nuria Alonso

Logroño

Lunes, 10 de marzo 2025, 07:33

Ismael Touré es la cara visible de la Asociación de Vecinos de El Cubo, que aglutina al oeste de la ciudad un buen puñado de calles con personalidad propia. A las viviendas más veteranas que marcaron el desarrollo originario de la zona se les fueron sumando promociones nuevas, como las más recientes del parque de la Isla o los adosados de Carmen Medrano que han ido aportando más carácter al barrio.

Entrando en detalle: El Cubo

  • Servicios Colegio público (CEIP Vicente Ochoa) y centro joven El Cubo.

  • Comercio Un supermercado de apertura permanente y varios establecimientos de proximidad.

  • Parques y zonas verdes El parque de la Isla y el de El Cubo, ambos con zonas de juegos infantiles y con cancha polideportiva. También hay área de esparcimiento canino entre el de La Concordia y la Isla.

– ¿Qué es lo mejor de vivir en esta zona?

– Es un barrio supertranquilo y tenemos mucha zona verde. Yo creo que será de las zonas de Logroño con más espacios verdes. Y además estamos a un minuto del centro.

– ¿Y lo peor, lo que más críticas genera entre los vecinos?

– No tenemos nada que podamos decir que esté mal en el barrio. Igual que es una zona en la que el comercio podría afianzarse más, porque hay poco. Y tampoco tenemos cajeros en el barrio, con lo cual hay que desplazarse para sacar dinero.

E igual ocurre con el centro de salud, que no hay por esta zona ninguno y los vecinos del barrio están repartidos por los de la ciudad. De hecho, hay incluso una parcela dotacional en la zona de abajo, en el parque de la isla, debajo del puente, que nos prometieron que iríaun centro de salud o un instituto, pero al final no han hecho nada.

– Plantee tres reivindicaciones para su barrio, las necesidades más apremiantes.

– Que reactiven la fase del soterramiento por esta parte. Cuando yo llegué al barrio hace más de veintitantos años ya me prometieron que sería un proyecto de ejecución inminente y aún seguimos como entonces. Empezaron por la parte que era más factible y menos costoso económicamente y es lo que hicieron; y esta parte, que requiere una obra mucho mayor con mucho más presupuesto, la dejaron para el final. Pero como se acabó el dinero, se paralizó. No confío en que lo vean terminado ni mis nietos, pero hay que seguir reivindicándolo porque nos hace mucha falta.

Otra petición es que mejoren la iluminación de la parte de abajo, del parque de la Isla, donde las farolas están fundidas cada dos por tres, y que se esmeren con el transporte público: en verano y en fiestas, es necesario que pongan más autobuses, más líneas o más frecuencias y más horario. Porque sobre todo en verano va mucha gente a las piscinas de Las Norias y se saturan las líneas. Y lo mismo en fiestas con la feria.

Y una cosa que llevamos tiempo pidiendo es una rotonda en el cruce de General Urrutia con Carmen Medrano: hay que dar una vuelta tremenda para cambiar de sentido y además el semáforo enseguida genera atascos.

6.402 habitantes

residían en El Cubo a fecha de enero de 2024.

– ¿Y qué le sobra a la zona?

– No le sobra absolutamente nada. Tenemos hostelería, ambiente y muchos parques. El problema de la velocidad del tráfico se ha solucionado bastante desde que colocaron los bolardos en el cuarto puente y los ciclistas van más protegidos y también desde que instalaron un semáforo con pulsador. Eso se ha notado muchísimo.

– ¿Alguna demanda histórica que nunca haya sido atendida?

– Aparte del soterramiento, lo que más llevamos pidiendo es la entrada trasera a Las Norias.

– ¿Qué le pide a los vecinos de su zona?

– A los vecinos del barrio yo pediría mayor colaboración, porque cualquier ayuda es poca. No hace falta demasiada gente pero sí algunos que colaboren. Que el vecino que vea algo en mal estado o roto, que nos avise.

– ¿Y al Ayuntamiento?

– Que nos escuchen más. Ya nos escuchan pero nos hace falta más. Y eso que varios concejales, de partidos diferentes, son vecinos del barrio, así que saben bien cómo estamos.

– ¿Es un buen lugar para los niños, los jóvenes y los mayores?

– Sí, yo creo que es el mejor lugar para vivir. Hay bastante parques y espacios verdes para que los niños puedan disfrutar y vivir. Y luego tenemos el eje ciclista que nos han hecho, que está muy bien para la gente que practica el ciclismo y le gusta el deporte. En cuanto a los jóvenes, sí que disponemos de un centro especialmente centrado en atenderles. Para la gente mayor, aunque no tenemos centro de la tercera edad propio, el que nos corresponde está muy cerca, en la calle Gonzalo de Berceo. Y ocurre igual con la ludoteca municipal, que aunque no está en el barrio propiamente dicha, nos pilla bastante cerca.

– ¿Y para los animales de compañía?

– Para los animales de compañía es una zona idónea porque no hay nunca aglomeración de gente ni de animales. Y tenemos en la parte baja del barrio una zona de esparcimiento canino para que los perros puedan estar a sus anchas.

– ¿Qué envidia de otros barrios de Logroño?

–No sé si es envidia propiamente dicha pero me llama la atención el desarrollo que ha vivido un barrio nuevo como La Cava. Es una zona que se ha desarrollado por sí misma, en la que no hace falta ir hacia el centro para hacer nada: tiene restauración, comercio, parques, servicios, gente...

Una entrada trasera para las instalaciones de Las Norias

Cuenta Ismael que siente que vive en un barrio privilegiado, cerca de la naturaleza que aporta el río Ebro y muy próximo a Las Norias. Es un aspecto del barrio muy valorado por el vecindario, pero a la vez centra una reclamación histórica de los residentes: «Llevamos tiempo pidiendo que habiliten una entrada a Las Norias por la parte trasera, al lado de la zona del Mundial '82». La solicitud, por el momento desoída, evitaría el rodeo que se ven obligados a realizar los vecinos cuando acceden a pie desde el puente Sagasta: «Es ilógico que tardemos más en llegar a la puerta que a las propias instalaciones». La sugerencia es sencilla: «No hace falta una gran entrada, basta con un torno de acceso trasero».

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