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Preocupa, y no poco, si bien lo que suceda en estas próximas semanas se antoja fundamental. El aumento de los incendios de vegetación en ... 2022 lleva a extremar las precauciones este verano y, con vistas a lo que pueda pasar, ya se han comenzado a lanzar los primeros mensajes de advertencia. Y todo ello con la memoria correspondiente al año pasado aún caliente tras ser presentada hace unos días.
El 35% de los incendios contabilizados por Bomberos de Logroño durante 2022 fueron agrícolas o forestales, con matorral y pasto –maleza– bien presente. Además, y más allá de las estadísticas facilitadas, la Dirección General de Extinción y Salvamentos del Consistorio capitalino ofrece una explicación a las mismas: el calor y la sequía.
«El número de incendios anuales se ha visto fuertemente incrementado por la cantidad de incendios de vegetación sufridos este verano, siendo el número más alto desde 2017. Este dato está directamente relacionado con la climatología vivida a lo largo del ejercicio; una primavera relativamente lluviosa, seguida de una ola de calor y sequía en los meses de mayo, junio y julio», puede leerse en un documento al que ha tenido acceso Diario LA RIOJA.
De ahí que este verano, que de nuevo se anuncia seco y caluroso, en el parque municipal del cuerpo se esté tan pendiente. «Se teme un verano similar, podría ser, pero habrá que esperar a la evolución de esa vegetación en cuestión, pues el año pasado coincidió que tras una primavera muy lluviosa, la vegetación fue abundante, y la rápida subida de temperaturas hizo que se secase todo de cara al inicio del verano e incluso antes», recuerda el jefe de bomberos, Alfredo Bazo.
Bazo, ya durante la presentación de las cifras en compañía de la concejala delegada del ramo, Eva Tobías Olarte, destacó que la presente memoria en comparación con la de 2021 recoge un incremento del número global de intervenciones con respecto a los últimos tres años, «especialmente significativo durante los meses de junio y julio, ya que tan solo esos dos meses estivales se realizaron un total de 341 intervenciones, fundamentalmente por incendios agrícolas, forestales, de pasto y matorral, debido a la ola de calor».
480 incendios
fueron en los que actuaron los Bomberos de Logroño el pasado 2022, hasta 170 considerados agrícolas y forestales.
685 salvamentos
fueron en los que intervinieron en el mismo período, con hasta 148 aperturas de puertas de domicilios.
193 asistencias técnicas
fueron las realizadas durante el año, 104 con carácter preventivo.
Todo ello determinó que el número de incendios anuales fuese el más alto de los últimos cinco años, precisando, también, que tantos grados centígrados propiciasen «un gran número de intervenciones de retirada de abejas y avispas desde junio hasta octubre». Y es que las condiciones meteorológicas influyen –«claro que influyen», incide el jefe–, tanto en el siniestro en sí como a la hora de afrontarlo. «Calor y sequía dificultan la extinción, claro está», precisa.
España está en 'sequía meteorológica de larga duración' y las temperaturas por encima de la media de esta primavera llevan a la AEMET a pronosticar un verano asfixiante, ahí es nada. Por ello, y en previsión de saber finalmente cómo evoluciona el tiempo durante abril y mayo, desde Bomberos de Logroño se pide extremar las precauciones, sensatez en cualquier tipo de actividad y, llegado el caso, avisar ante cualquier conato.
«Sentido común dadas las circunstancias», es el consejo y la recomendación como no podía ser de otra manera. El BOR, como cada año, publicará el correspondiente bando municipal recordatorio de la obligación de desbroce y limpieza de solares y terrenos sin edificar de cada temporada, con el que el Ayuntamiento dará por iniciada la campaña de mantenimiento de parcelas y prevención de incendios, con especial relevancia en las más próximas a áreas habitadas y viviendas. «Insistiremos en ello», avisa Bazo.
Fue una de las actuaciones más destacables en 2022, la de la tarde del 19 de julio en el camino de la Magdalena, al sureste. Un «incendio de vegetación muy desarrollada en fincas con huertas y varias casetas que debido al viento se extendió en varias direcciones amenazando dos pabellones de carpintería», según se describe en la memoria. El área metropolitana de la capital de La Rioja representa todo un reto al respecto, y no es nada sencillo pues siempre habrá campo entre Logroño y los pueblos de sus alrededores (como pelusas en las riberas del entorno). Es por ello una zona de «especial riesgo», y en 2022 dio no pocos quebraderos de cabeza a los bomberos. Y es que los terrenos forestales que se entremezclan con las viviendas, y que se conoce como interfaz urbano-forestal, son siempre «bordes de las ciudades» que requieren una atención especial en condiciones como las actuales y que deben contemplar su protección y prevención frente a potenciales fuegos.
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