Urbanismo
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Logroño en 1998, un Logroño de 125.617 habitantes, los mismos que fueron los últimos en vivir una actualización del entonces Plan General de Ordenación Urbana, el que aprobado en 1985 revisó su programa de actuación primero en 1992 y después en el citado ejercicio, con José Luis Bermejo (PP) como alcalde.
Una capital que nada tiene que ver con la de ahora, más allá de que ya no cuenta ni con el mismo hospital –el San Millán dio paso al San Pedro, reubicación incluida–, ni con el mismo campo de fútbol –las viejas Gaunas se trasladaron a las nuevas–, ni la plaza de toros –La Manzanera cambió a La Ribera–. No había ni palacio de Deportes ni Riojafórum, amén de otras tantas dotaciones e infraestructuras –caso del Cuarto Puente–. Por no hablar del soterramiento y el cambio de estaciones, tanto la de trenes como la de autobuses.
Se plantearon nuevos sectores residenciales: El Campillo y Santa Juliana (al norte), El Arco y Valdegastea (al oeste), La Cava, Fardachón, La Guindalera y Ramblasque (al sur) y los Lirios (al este). Y se proyectaron otros para diferentes usos como el comercial de Río Lomo, el mixto comercial-dotacional de Las Tejeras, el dotacional deportivo de La Arena y el de La Ribera-Campus (parque y dotaciones), algunos hoy de actualidad.
Este mapa permite viajar al pasado. Introduce una dirección completa (por ejemplo: 'Vara de Rey 74, Logroño', lugar donde ya se ubicaba Diario LA RIOJA) para saber cómo era tu calle hace más de 25 años.
La demanda y construcción de viviendas mantenía un ritmo fuerte, a pesar de que el crecimiento en población de la ciudad continuaba siendo muy bajo. La novedad principal de lo aprobado fue la propuesta de una importante implantación residencial en la orilla izquierda; la ciudad ya se sentía con recursos para saltar la barrera del Ebro, lo que exigiría un esfuerzo en infraestructuras con la construcción de nuevos puentes y pasarelas. Otro aspecto novedoso lo ofrecía la incorporación a la ciudad de las huertas de Madre de Dios, destinadas mayoritariamente a parque, aunque albergando también una pequeña zona residencial y edificios institucionales, que formarán la nueva fachada de la ciudad al río. La universidad, tras su primera expansión hacia el norte, giraría hacia el oeste participando en el conjunto. Y otros elementos a incluir en el parque serían la nueva plaza de toros y un palacio de congresos. Para ordenar las dos zonas, orilla izquierda y Madre de Dios, se convocaron sendos concursos de ideas.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Álvaro Soto | Madrid
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