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Están subidos a un árbol, sentados o tumbados en sus ramas. Tienen un libro en sus manos. Leen. No necesitan más. El mundo ha desaparecido de repente y ellos han entrado en un universo remoto y absorbente. Tal vez estén leyendo las aventuras de los mosqueteros o un libro de Jordi Serra i Fabra o la última novela de Care Santos. Quizá anden tras la pista del asesino del profesor de matemáticas o estén descubriendo en ese mismo instante a qué suena la canción de Shao Li. Puede que incluso alguno se haya enrolado en los tercios de Flandes junto al capitán Alatriste. Están absortos, ajenos, felices.
Raquel Marín (Pradejón, 1980) los ha dibujado subidos a ese árbol desnudo, de ramas poderosas. Hay niños y niñas tumbados en posturas diferentes, aunque todos ellos ausentes, como si hubieran dejado sus cuerpos por ahí tirados y sus mentes hubieran echado a volar. «Están disfrutando, relajados y ensimismados. La idea era que la imagen invitase a la lectura y a disfrutar de la biblioteca», dice la ilustradora.
Junto al quiosco de La Rosaleda, en El Espolón, Raquel Marín, la concejala de Cultura, Carmen Urquía, y la directora de la Biblioteca Rafael Azcona, Esther Felipe, presentaron ayer la iniciativa 'La biblioteca ilustrada', una propuesta que persigue, según Urquía, «acercar al ciudadano la imagen de la biblioteca municipal y mejorar e intensificar la promoción de sus actividades». La ilustradora pradejonera ha sido la creadora de la primera imagen, y además presentará una exposición sobre sus trabajos que se inaugurará –si el coronavirus no lo impide– el próximo mes. En próximos años, otros artistas tomarán el testigo de Raquel Marín para difundir el placer de la lectura y la labor de la Biblioteca Rafael Azcona.
El árbol de los lectores ha quedado desde hoy plantado tanto en las ventanas del edificio de la biblioteca –en la calle Ateneo–, como en el punto de lectura de La Pajarera y en el quiosco de La Rosaleda, que en primavera se convertirá en un nuevo punto de lectura. Además, su imagen quedará estampada en 500 bolsas de tela que se entregarán a los usuarios de la biblioteca en el primer préstamo de libros que cada uno realice.
La directora de la Biblioteca Rafael Azcona, Esther Felipe, señaló que estas ilustraciones permiten reforzar los objetivos de la institución, «todos ellos relacionados con la lectura y con la consolidación de la biblioteca como centro local de información».
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Carlos G. Fernández y Leticia Aróstegui
Javier Campos | Logroño y David Fernández Lucas | Logroño
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