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Vecinos de la margen norte del río Ebro, junto a los bloques que durante parte del fin de semana les cortan el paso por el puente de Hierro. M. HERREROS
Aislados dentro de su misma ciudad

Aislados dentro de su misma ciudad

Los vecinos de la margen norte del río Ebro, en Logroño, critican que actuaciones municipales han agravado sus problemas de acceso al centro urbano

Lunes, 20 de julio 2020, 19:46

Cierto es que son tiempos de distanciamiento social, pero los vecinos de la margen norte del río Ebro en la capital riojana sienten que en los últimos meses varias actuaciones han agravado la sensación de aislamiento –que ya sentían– de la ciudad de la que forman parte: Logroño.

Actuaciones como el cierre del puente de Piedra por obras, el cierre parte del fin de semana del puente de Hierro por cuestiones de seguridad, la pacificación de la calle Sagasta (continuación del puente de Hierro) en un momento en el que es vía principal de acceso para los vecinos y, recientemente, el cierre de uno de los carriles del puente Sagasta (Cuarto puente) para hacer un carril-bici están dificultando la movilidad a los vecinos de este barrio en expansión de la capital riojana. Algo que remarcan que resulta fundamental en una zona donde «no hay servicios y tenemos que acercarnos al centro para cosas tan básicas como ir al supermercado, al centro de salud, a la farmacia o al banco», expone la presidenta de la Asociación de Vecinos de El Campillo, Noelia García.

«Llevo 27 años viviendo en esta zona y el ambiente es de desilusión porque, en este tiempo, no se han desarrollado servicios, las conexiones por autobús urbano no son buenas, los fines de semana desde media tarde no puedes volver a casa en coche porque está cerrado el acceso directo por el puente de Hierro,...», enumera el presidente de la Asociación de Vecinos de la Zona Norte, Miguel Fombellida.

«Este barrio se ve solo como una zona para el ocio del resto de logroñeses», censuran en la Asociación El Campillo

El cierre total del puente de Piedra por obras, paralelo en el tiempo al confinamiento, intensificó la sensación de aislamiento de los residentes en la margen norte del Ebro. «El desvío de la línea 9 del urbano conlleva dar un rodeo y que para llegar al centro hayamos pasado de tardar cinco minutos a 25 en el mejor de los casos», asegura García.

Y esta línea resulta estratégica para la zona, porque la otra que se acerca al área, la 3 con parada en Las Norias, «no entra en el barrio». «Está diseñada solo con el fin de acercar al resto de los vecinos de Logroño a Las Norias y al ferial en fiestas. Esto supone que la mayor parte del año vaya completamente vacía por esta zona de la ciudad», explica la representante de los residentes en El Campillo, haciéndose eco del parecer de sus vecinos expresado en encuestas periódicas de opinión.

«Desde la asociación llevamos muchos meses reclamando una parada dentro del barrio y una interconexión con la línea 9, algo que en la situación actual podría incluso paliar en parte los problemas ocasionados por el desvío de la línea 9», apunta.

Frente a estas viejas demandas, observan que actuaciones como el cierre de un carril en el Cuarto puente para habilitar un carril-bici «no es vital para esta zona ni supone ninguna mejora».

Al contrario. «La sensación es que este barrio se ve como una zona para el ocio y el esparcimiento de los vecinos de otras partes de la ciudad y desde el Ayuntamiento se instalan servicios para esos fines, pero no para atender las necesidades de la gente que vivimos aquí», censura García. Por eso y tras una reciente reunión con el Gobierno local, reclaman del Consistorio «una respuesta» a las reivindicaciones de los vecinos de la margen norte del Ebro.

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