Secciones
Servicios
Destacamos
La cuenta atrás de las terrazas COVID llegará el lunes a su fin. Fueron la tabla de salvación para muchos negocios hosteleros tras las restricciones impuestas por el SARS-CoV-2, pero en las próximas horas tendrán que desaparecer de las plazas de aparcamiento y regresar a su espacio original: la acera, con los efectos colaterales de desmontaje que conllevan su obligada reubicación. De ahí que este último fin de semana de terrazas más amplias, separadas y acondicionadas en la calzada sea aprovechado al máximo por los trabajadores del sector, que miran con cierto recelo e incertidumbre cómo van a afrontar la temporada alta con un menor número de mesas y sillas.
Mientras tanto, en El Espolón los cafés vienen y van y los camareros callejean con sus bandejas por los tres espacios habilitados para la terraza del Café Delicias para atender a la veintena de consumidores que conversa con tranquilidad. Es grande, aún quedan mesas disponibles, pero comienzan a llenarse según se asoman los primeros rayos de sol. Hay distancia más que suficiente entre los veladores y ningún ruido ni coche de por medio, lo que favorece la afluencia de más clientes, que se animan a sentarse en exteriores por el buen tiempo.
Entre ellos, Paula Valentina Nivia desayuna junto a su amiga en la terraza de esta cafetería, consciente de que desde mañana ya no podrá ser asidua de este gran espacio separado que, además de al sol, está situado muy próximo a las rosaledas. «Me parece fatal que tengan que quitar estas terrazas, porque resultará perjudicial para cualquier bar. Suficientes medidas han tenido que soportar durante estos dos años como para que les sigan quitando más cosas y tengan que reducir su personal», dice Nivia, ya con el café en la mano.
Julián Herráiz | Federación Asoc. Vecinos La Rioja
Porque, a pesar de que comienza la temporada alta para los hosteleros, el regreso de las terrazas a su ubicación prepandémica por el fin del periodo transitorio dado por el Ayuntamiento conllevará, en algunos casos, a menores plantillas. «Los dos espacios del fondo los tenemos que quitar y volver a la situación anterior, con doce mesas menos, cuando nuestra terraza es la que demanda la gente porque ni molesta a nadie ni tiene tráfico o ruidos. Gracias a ella hemos aguantado como hemos podido, pero ahora tendremos que poner el doble de mesas en la mitad de espacio. Hay gente que aún tiene miedo y que, en cuanto vea la aglomeración, no se va a querer sentar. Lo vamos a notar y tendremos que reducir el personal», lamenta Miguel Ángel Maroto, responsable del Café Delicias.
Como él, Daniel Guzmán, propietario de tres locales situados en María Teresa Gil de Gárate, coincide en que la vuelta de las terrazas a su espacio anterior al COVID derivará en «pérdidas» para el sector. «Nos afectará, pero llevamos con pérdidas dos años, porque todos los ingresos que hemos ido consiguiendo se han ido para pagar las mamparas y acondicionar las terrazas de la calzada. Compré ocho pantallas de 430 euros cada una que ya no voy a poder utilizar porque no caben en la acera», critica molesto.
El problema es que el SARS-CoV-2 ha traído consigo cambios en los hábitos de consumo de los clientes que, a juicio de Francisco Martínez-Bergés, presidente de la Asociación de Hostelería Riojana, deberían tenerse en cuenta de cara a la elaboración de la futura ordenanza en la que ya está trabajando el Ayuntamiento. «El COVID nos ha cambiado. La gente sale al mediodía, mientras que las cenas han bajado muchísimo. Con las terrazas sucede lo mismo, lo hemos notado en los últimos fines de semana en los que, con el buen tiempo, todo el mundo estaba en la calle. La gente prefiere estar fuera, al aire libre, y no dentro de los locales. Las terrazas han venido para quedarse, por eso tenemos como expectativa que la nueva normativa sea lo más ecuánime posible para que podamos mantener nuestros negocios y puestos de trabajo».
Rubén Carbonero | Portavoz Logroño Andando
De ahí que trabajadores del sector como Tracy Díaz, del bar Bahía Blanca (situado en República Argentina), apuren estas últimas horas que le quedan para atender al mayor número posible de clientes. «Este fin de semana lo vamos a aprovechar, luego ya veremos cómo responde la gente. Dudo que trabajemos lo mismo, porque nuestras mesas se reducen a la mitad», expresa preocupada.
En el bar Algazara, no obstante, la situación es totalmente opuesta, ya que ansían recuperar la terraza prepandémica. Tantas son las ganas de su propietaria Marta López de volver a trabajar con los clientes sentados en la acera que ya tiene el mobiliario apilado y preparado para devolverlo a su espacio original. «Bajamos las mesas a la calzada, pero no invertimos en acondicionarlas porque no sabíamos cuánto tiempo iba a durar esta medida, por lo que apenas sacamos rentabilidad. Los clientes eran muy reacios a sentarse en la carretera, mientras que las mesas de arriba siempre se llenaban. Ahora será realmente cuando empecemos a trabajar», reconoce.
Durante la etapa más dura de la pandemia las asociaciones y federaciones de vecinos logroñesas no criticaron la proliferación de las terrazas, pero ahora, una vez reactivada la anterior ordenanza, ven «necesario» que vuelvan a su ubicación original. «Los vecinos necesitan ocio, pero también descansar. Por eso pedimos una nueva ordenanza que sea analizada desde todos los prismas y agentes sociales para volver a lo de antes, a un espacio reordenado, pero controlado. Estamos de acuerdo con que debe de haber terrazas, pero con sus limitaciones de espacio, horario y ruido», reconoce Julián Herráiz, vicepresidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de La Rioja.
Jaime Caballero | Concejal Desarrollo Urbano
Sobre todo porque, en lo relativo al ruido y paso peatonal, fueron «aumentando los incumplimientos». «La hostelería es un valor para la ciudad, pero debe respetar las normas. Hemos recibido muchas quejas por ruido, así como porque en algunos casos no se respeta el paso peatonal», asegura Rubén Carbonero, portavoz de Logroño Andando. De ahí que la recogida de las terrazas COVID suponga «una oportunidad para mejorar el espacio público urbano con zonas estanciales, de descanso, para que la ciudad se pueda disfrutar sin la necesidad de consumir. Asimismo, se debe estudiar el evitar dejar el mobiliario de las terrazas en la calle».
Unas modificaciones que instarán a que se tengan en cuenta de cara a la elaboración de la nueva ordenanza, que se encuentra en fase de borrador y que, como ya adelantó Diario LA RIOJA, incluirá las terrazas sobre tarima en la calzada. «Es el principal cambio que se quiere introducir con el fin de mejorar el espacio público. Trataremos de buscar una solución consensuada, pero seguramente no podamos satisfacer a todo el mundo. Tenemos que conseguir una situación intermedia que responda al interés general y hacer balance entre to das las opiniones y propuestas», explica Jaime Caballero, concejal de Desarrollo Urbano Sostenible.
Uno de los efectos colaterales de la instalación de las terrazas fue la pérdida de plazas de aparcamiento, que provocó quejas y malestar entre los vecinos de la capital riojana. Ocurrió, sobre todo, en Cascajos, República Argentina o San Antón. Pero desde el lunes todo volverá a su curso, porque, como ha confirmado el Ayuntamiento, el parque de servicios procederá a la retirada del balizamiento que se empleó para la reserva de este espacio en las terrazas que ya estén recogidas o en desuso. De esta forma, los logroñeses recuperarán a lo largo de esta semana entre 300 y 330 plazas de aparcamiento.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Clara Alba y José A. González
Alberto Gil | Logroño
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.