Abre la nueva estación de autobuses de Logroño

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De momento, señala Victoria García, todo va fluido y bien, si bien todo el mundo está poniendo su granito de arena para ello, cuenta. Y señala que se han cambiado los billetes de quienes han llegado de la otra estación y han precisado este tipo de acomodo.

También presentan alguna duda más las personas mayores que llegan y necesitan acercarse al hospital San Pedro. Desde la estación se les remite a una parada de la línea 3 situada un par de calles al sur.

Además de los viajeros que van a buscar su autobús y que encuentran los paneles informativos más claritos que antaño, la estación tiene esta mañana sus propios turistas, los que, dando un paseo, se acercan a verla.

Entre ellos, por ejemplo, Ricardo Granda, que ha ido primero a ver la vieja y la ha encontrado «desolada», con unos bolinches que impiden el paso. La nueva le ha resultado amplia y también destaca que toda ella esté techada. En su paseo entre una y otra, se ha encontrado usuarios despistados y les ha indicado el camino, cuenta él.

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José Alberto Santolaya y Francisco Marrodán han ido a despedir a unos familiares. El primero tenía muchas ganas de ver la escalera naranja que es la estrella de la sala de espera y por la que aún no se puede subir. La ha retratado y la ha enviado, vía móvil, a Madrid, señala. Para él, la plaza central, la de espera, está muy bien, aunque entre los dos advierten de el acceso complicado a alguna dársena, opinan.

También tienen sus apreciaciones sobre la salida de los autobuses, que necesariamente tienen que parar porque se encuentran con una acera en la que hay peatones.

Técnicos municipales recorren la estación para comprobar que todo marcha y ya están anotando aquellas cosas que habrá que perfilar. Entre las primeras medidas que se toman figura la pintura, en la entrada y salida de los vehículos, del rótulo 'Atención bus'.

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Mohamed Lemfadi aparca el interurbano que conduce, recién llegado de Arnedo, en la dársena que le corresponde y, de esta manera, estrena la nueva estación, Para él, está muy bien y con apenas un par de maniobras ha clavado la operación. Aún tiene que ver qué sucede cuando hay mucha gente y deba esperar. Tiempo al tiempo.

Algún conductor no lo ve tan claro y se pregunta cómo podrán entrar los vehículos de dos pisos porque ve justas tanto la puerta como las mismas vigas de la estación.

La actividad va siendo intensa, lo mismo que lo fue el lunes en la vieja. Entre las seis y veinte de la mañana y las nueva, en poco menos de tres horas, se han movido por la dotación 32 autobuses, señalan las responsables de Información. Y solo acaban de empezar.

Zyanya San Feliu, quien ha ido a acompañar a su madre, se acuerda de la cafetería. No, aún no hay. Lo que sí se ha puesto es una máquina que haga las veces.