A la espera de sitio y fecha

Diario LA RIOJA ha visitado la semana pasada las dependencias, actualmente cerradas, del instituto por antonomasia de Logroño comprobando de primera mano que el inventario del mobiliario y objetos artísticos del Sagasta ya está listo y pendiente de que la Consejería de Educación decida «dónde y cuándo» se lleva a cabo su traslado. «Ya está todo inventariado, aunque a día de hoy se sigue trabajando en la biblioteca, y esta misma semana he remitido a la dirección general un informe elaborado por la empresa que se encargó de la primera mudanza determinando las necesidades de espacio que se precisan para su almacenamiento: 200 metros cuadrados, con paredes de no menos de 20 metros y una altura que rondaría los cuatro metros», adelanta a este periódico el director del IES Sagasta, Alberto Abad.

«Se han barajado desde los antiguos juzgados, ya desocupados, a los nuevos, donde hay espacio de sobra», concreta Abad, quien, en cualquier caso, está a la espera de la decisión que adopte el Gobierno de La Rioja. Una decisión que, además, no puede demorarse mucho, pues las previsiones apuntan a que podría haber novedades en breve y, entre ellas, estaría el traslado pendiente para vaciar por completo el edificio de cara a su futura reforma integral.

Mientras se producen las mismas, el mobiliario y demás objetos artísticos se encuentran ya catalogados y debidamente etiquetados. Un proceso llevado a cabo, después de que el IES cerrase sus puertas el verano pasado, mediante dos becas del IER y otra de la Consejería de Educación. Mesas, sillas y escritorios de valor, a un lado; esculturas y pinturas, a otro... todo con su correspondiente 'pegatina' y su número de referencia. «Una base de datos completa para saber dónde está cada cosa y dónde nos la vamos a encontrar después», explica Abad, quien visita el viejo Sagasta cada semana y transita estancias llenas de historia y no menos recuerdos.

De cara al futuro

En el mismo sitio se mantienen las vitrinas con las colecciones científicas, desde taxidermia y fósiles a todo el aparataje e instrumental de física, química y otras ciencias... «Las memorias de los distintos años nos han ayudado a localizar diferentes elementos adquiridos a lo largo del tiempo por el instituto», precisa el director dando testimonio de un proceso que, como era de esperar, ha arrojado algunas sorpresas.

Todo ello, de cara al futuro, serán los fondos que podrán exhibirse y ponerse en valor en el futuro museo que albergará el instituto tras su reforma, para lo que además trabajan en la creación de una Asociación de Amigos del Museo del Sagasta que se encargue de su gestión junto a la biblioteca, que también será rehabilitada. Allí, mapas y grabados, ya listos, esperan destino junto al herbario del mismísimo Doctor Zubía. Fernando Blanco, el bibliotecario, ultima los preparativos para guardar los más de 30.000 volúmenes que atesora, tras el traslado de los 4.000 «más usados» a la biblioteca montada en las nuevas dependencias a principios de curso.