Diego Marín A.
Martes, 2 de mayo 2017, 16:11
No es ni la más transitada ni la más conocida, pero tal vez sí la más singular. Es una calle en pleno corazón de Logroño, en el barrio Villanueva, dentro del casco antiguo. No tiene portales ni, por tanto, habitantes censados y es la más ... corta y estrecha de Logroño, es decir, la más pequeña. Compiten en esta clasificación la calle Boterías, las travesías de Ollerías y San Bartolomé y de San Roque, además de un tramo de San Sebastián, en el barrio El Cortijo. En su día quizá fue más estrecho el perdido callejón Triperías, ya cerrado, sin tránsito, en un lateral de los Cines Moderno.
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La calle del Ochavo se esconde detrás de la discoteca Norma, lo que fueron los Cines Avenida, y parece tomar su nombre de la moneda de octavo de onza de bronce de los siglos XVII-XIX cuyo valor fue disminuyendo. Así, como el real o la 'perra gorda', el 'ochavo' de incorporó a la jerga popular como adjetivo que definía algo de poco valor y parece que de ahí tomó su nombre la calle situada entre Los Baños y Horno.
21metros de largo mide la calle del Ochavo, por 1.83 metros de ancho, dimensiones que la convierten en la más pequeña de Logroño.
A principios del año 2016 la calle del Ochavo se cerró para la construcción del nuevo albergue de la Cocina Económica, situado en la esquina con la calle Los Baños. La residencia de alojamiento temporal de personas en riesgo de exclusión social está ya sólo a falta de amueblar y de algunos detalles del interior. «La obra civil está ya casi acabada», informa el gerente de la Cocina Económica de Logroño, Javier Porras. El cierre del Ochavo durante las obras fue motivado para favorecer la construcción del albergue: «Como no afectaba a nadie, pedimos permiso al Ayuntamiento de Logroño y levantamos un muro para la grúa».
Durante casi nueve meses Logroño se quedó sin una de sus calles más singulares, aunque bien es cierto que pocos se dieron cuenta y, por tanto, apenas nadie se vio afectado. Otra curiosidad que muchos logroñeses desconocen es que la calle del Ochavo es uno de los últimos vestigios del paseo de ronda de la antigua muralla de la ciudad, que no transcurría por la paralela y vecina avenida de Navarra, como se piensa habitualmente, sino por la estrecha vía. La muralla continuaba hasta las así denominadas Muro de Cervantes, Muro del Carmen y Muro de la Mata. Después de 1522 y el asedio francés del año anterior empezaría a ampliarse la muralla hasta el Revellín, actualmente símbolo de la resistencia local.
Pero tal vez la noticia más extravagante que recibió jamás la calle del Ochavo fue la de ser incluida como 'peatonalizable' en el proyecto presentado en el 2006 por el alcalde Julio Revuelta de revitalización de la Judería, cuando apenas cabe, si quiera, una motocicleta.
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