Antiguo Gobierno Militar. Calle Comandancia: Construidos en 1919, los edificios militares son los que tienen, en principio, mayores posibilidades de renacer. El Ayuntamiento planea trasladar allí la Escuela de Música.

Singulares, vacíos y esperando un destino

Edificios que han marcado la fisonomía de la ciudad se debaten entre la supervivencia y el desahucio

África Azcona

Miércoles, 11 de enero 2017, 21:43

Hay quien se refiere a ellos como «ruinas contemporáneas», inmuebles que esperan vacíos una decisión sobre su futuro. Son cuarteles, edificios escolares, civiles, religiosos... que han quedado en estado de abandono y que en algunos casos pronto desaparecerán para siempre; en otros, sólo un milagro ... o un eventual comprador les permitirá continuar en el callejero histórico de Logroño.

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El catálogo de edificios, notables en otros tiempos y ahora caídos en desgracia, lo encabeza el singular edificio de Correos, parapetado ahora entre andamios, en la calle San Agustín. Nadie, excepto un intento fallido del empresario Félix Revuelta, se ha interesado hasta la fecha por el céntrico inmueble que vegeta desde hace 13 años ante la mirada escéptica de los transeúntes. Puesto a la venta por la empresa postal en mayo del 2015 por 2,7 millones, hasta la fecha no ha encontrado ningún comprador.

La próxima licitación se ha anunciado para estos días, aunque en esta ocasión rebajando su precio en 1,5 millones. Si la operación resulta de nuevo fallida y nadie lo evita, Correos, después de su reforma interior y un laberíntico proceso, está abocado a ser un edificio fantasma.

Que es en lo que se ha convertido Maristas. Un rayo de luz se proyecta estos días, sin embargo, sobre el viejo edificio escolar, ya que parece todo arreglado para alcanzar un acuerdo con los nuevos propietarios de las instalaciones a fin de dar una solución urbanística y de uso a la parcela.

Se desconocen sin embargo si el proyecto, que prevé la cesión del antiguo polideportivo al Ayuntamiento y la adecuación de una plaza pública, contempla algún tipo de intervención en el edificio noble, ruinoso, envuelto en una aureola de misterio y cobijo de mendigos urbanos.

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Aunque deshabitados como los demás, los edificios del antiguo Gobierno Militar son los que, en principio, tienen mayores posibilidades de renacer. La solidez de su construcción y su privilegiada ubicación han hecho que el Ayuntamiento se interese por estos espacios para trasladar allí la escuela de Música y, según acuerdo plenario, crear un centro de interpretación sobre los restos de Valbuena.

La negociación con Defensa se centra en concreto en adquirir el inmueble del lado este, desalojado y sin uso desde hace dos años, aunque hasta la fecha no ha trascendido ningún acuerdo. Por parte del Ministerio existiría también la intención de poner a la venta el del lado oeste, tras 18 años 'dormido' y sin uso.

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La recuperación no será posible en todos los casos, por ejemplo, en el del viejo cuartel de avenida de Navarra, un edificio de 4.500 metros cuadrados repartidos en planta baja y dos alturas, y que en su día ya se consideró que tenía demasiada altura para la adecuación del centro de salud que está proyectado en su lugar.

Después de sucesivas demoras, el Ayuntamiento confirmaba esta semana que el derribo es inminente. Desaparecerá así un edificio sin interés arquitectónico, pero que representaba un determinado momento de la historia de la ciudad, con el valor sentimental que conlleva, como esgrimen los defensores del patrimonio arquitectónico local.

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Dentro de este legado se incluye también el edificio de los Corazonistas, de 1929, al que el desarrollo urbanístico del entorno de la UR le ha dado una visibilidad que no tenía antes, cuando formaba parte de los extrarradios de la ciudad. El inmueble, con sus torres que recuerdan una gran casona de indianos, fue una cesión incluida en los convenios entre el Consistorio y la Universidad. De momento está descartado cualquier proyecto de rehabilitación por la compleja intervención que supondría. «No es prioritario», afirman en la UR.

La relación de edificios notables, ahora solitarios, incluye espacios tan céntricos como la Concha del Espolón, construida en 1954, o mejor dicho, su parte trasera, que fue sede comercial, cafetería de moda..., hasta convertirse en 1996 en la Oficina de Turismo, inaugurada por el entonces Príncipe Felipe. Hoy se abre días contados.

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