África Azcona
Jueves, 12 de enero 2017, 21:46
Sustituir la vieja caldera es una medida eficiente ya extendida en los hogares logroñeses, pero todavía pendiente de asumirse en no pocos edificios públicos de la ciudad, entre ellos los centros de enseñanza más antiguos, muchos de los cuales no han dado todavía el salto ... del gasoil al gas natural. El IES D'Elhuyar, uno de los más veteranos con casi medio siglo de vida, será sin embargo pronto una excepción, ya que como ya anuncian las enormes zanjas abiertas en el perímetro del patio escolar, donde se han enterrado una buena cantidad de tuberías y conducciones, pronto será un edificio energéticamente eficiente. El centro ultima estos días las aparatosas obras iniciadas hace seis meses y que han obligado a levantar una amplia área del terreno exterior del centro, aunque sin repercusión para los alumnos que no han visto alterado su ritmo escolar, como señaló el director general de Educación, Miguel Ángel Fernández, quien destacó que con esta reforma «no sólo se lucha contra la emisión de gases, sino que se rebajan sustancialmente los costes del centro».
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Con la nueva tecnología implantada se controlará cuándo se llega al nivel óptimo de calor en cada unas de las aulas o espacios, para así regular la calefacción y evitar el despilfarro energético. Cada aula dispondrá de un termostato. De este modo se logrará repartir la energía de forma más eficiente. «Este proyecto forma parte de un plan de mejora de edificios de la administración autonómica. En este caso es el primer centro de enseñanza financiado con fondos europeos, en concreto los fondos Feder costearán la mitad de la inversión de la obra, la otra mitad la ha asumido el Gobierno regional».
El cambio de calderas complementará otras intervenciones realizadas en el D'Elhuyar consistentes en la sustitución de la iluminación interior por luminarias tipo LED que también reducen el consumo energético y la instalación de techos rebajados.
Los siguientes pasos
«El siguiente paso de la Consejería va a ser elaborar un estudio sobre necesidades de aislamiento de ventanas y cubiertas, y cualquier otras medidas que permitan optimizar la calefacción en cada uno de los espacios de estos centros y evitar así la pérdida de calor. Nuestro interés se centrará sobre todo en los centros más antiguos. Para ello contamos con un presupuesto de 200.000 euros», resume el director.
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