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África Azcona
Miércoles, 30 de noviembre 2016, 23:24
El de piedra, el de hierro y, más recientemente, los de las carreteras A-13 y A-12 en dirección a Viana y a Pamplona, y el de Sagasta, conocido como el 'cuarto puente'... Pero, pese a ser el más desconocido y retirado del casco ... urbano, uno más se levanta sobre el Ebro... Se trata del Puente Mantible, asentado en territorio 'logroñés' desde hace 19 siglos sin que muchos sepan de su fantástica existencia. Su construcción se remonta a la primera mitad del siglo II, en plena época imperial romana, y ha sido protagonista de grandes obras literarias pues ya se citaba en el cantar de gesta francés Fierabrás (siglo XII) y en el capítulo 49 de Don Quijote, donde el ingenioso hidalgo mezcla en su calienturienta cabeza fabulosas leyendas con el Mantible como telón de fondo.
Opinión
Se desconoce la fecha en la que dejó de estar operativo, aunque está documentado que para mediados del siglo XVI el puente ya no daba servicio. Desde entonces ha quedado ahí, en un paraje solitario, entre vieñedos, donde sólo permanecen las nostálgicas ruinas de la que fue, según el catedrático de Historia Urbano Espinosa, una vía principal de conexión comercial desde centros industriales situados al otro lado del Pirineo y el reputado centro alfarero de Tricio, «donde se producían toneladas y toneladas de 'terra sigillata', cerámica roja».
Todo aquel que se acerque hoy hasta su emplazamiento, a seis kilómetros de Logroño, cerca del Cortijo, podrá admirar la construcción, que se diseñó con 164 metros de largo y una altura de 30 metros, aunque el continuo deterioro sufrido la ha dejado prácticamente mutilada. Se trata de un enclave para el disfrute del paisaje y la naturaleza poco visitado y abandonado pese a ser su recuperación un objetivo perseguido por las últimas corporaciones aunque sin resultados. El actual equipo de Gobierno también tiene entre sus objetivos hacerlo visitable a través del nuevo corredor del Ebro y habilitar una zona estancial desde la que disfrutar de los restos de este monumento.
El experto José Gabriel Moya, jefe de Conservadores del Patrimonio nacional, se refiere a las avenidas del río Ebro como el principal daño sufrido secularmente por la infraestructura, no peor al «abandono por parte de las administraciones». El historiador destaca sobre todo el valor histórico de este puente «por ser uno de los pocos ejemplos en La Rioja de arquitectura romana conservada sobre suelo».
Un origen que en fechas recientes se ha cuestionado por algunas voces que lo ven «más medieval». La teoría, según Espinosa, no chocaría con la versión que lo vincularía a la época romana: «Posiblemente quedó destruido por alguna avenida, pero por la crisis del imperio no se pudo rehabilitar y se volvería a reconstruir en época medieval»... Nuevas intrigas para un puente lleno de incógnitas que merece una visita.
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