Los Lirios, el barrio «aislado»

Entre tanto, cuentan con «la otra pasarela», la del Berceo, pero que ya ha dado sus primeros signos de alerta. La entidad vecinal ha colgado un vídeo en su cuenta de Facebook, «donde se ve una instalación con grietas y por la que se ha extendido el óxido. Nos dijeron que la iban a arreglar, pero sigue igual».

Mejorar los accesos es su prioridad, pero sin olvidar sus otras dos preocupaciones: un colegio y el centro de salud. En cuanto a la primera, los vecinos han conseguido que el Ayuntamiento materialice ya la cesión del solar para el nuevo centro educativo al Gobierno de La Rioja y el apoyo parlamentario en diciembre del año pasado, aunque «su voluntad», denuncia Cabezón, «no se está cumpliendo». Se quejan del «inmovilismo» por parte de la Administración, con la que, dice, «se ha roto la comunicación». «Las dotaciones no se han incluido en los Presupuestos del 2017 y desde Educación, para avanzar, tenían que haber hecho un estudio de necesidades sobre los metros cuadrados de construcción necesarios. En cuanto al centro de salud, Cabezón afronta con más optimismo el encuentro que mantendrá hoy con el Ayuntamiento para abordar la viabilidad de una futura consultoría médica. «En Los Lirios viven un millar de personas más que en barrios de alrededor que ya cuentan con consultoría», mantiene.

Los vecinos culpan también a Renfe de los ruidos que les despiertan cada noche, cuyos niveles se han visto incrementados desde la construcción de la nueva estación: «Suelen parar a la altura de Los Lirios a la espera de encontrar vía libre y esto al final se traduce en ruidos». A esto Cabezón suma «el retraso en la colocación de las barreras antisonido, prometidas desde abril del 2015».

Las carreras de coches no contribuyen tampoco a pacificar esta zona de la ciudad, donde últimamente se han incrementado las carreras ilegales «y organizadas». Y con consecuencias: «Dos coches acabaron empotrados contra un banco, que aún guarda las señales del impacto, y un árbol», relataba un vecino en el Teléfono del Lector. Una escena que recuerda los peores tiempos de La Cava, donde esta práctica ha ido a menos.