Nueva vida para el casco antiguo

Se trata de un amplio edificio centenario deshabitado, que en su día adquirió el Ayuntamiento y que recientemente adjudicó a un grupo de promotores locales. En las plantas superiores se van a construir pisos de alquiler y en la planta baja, donde hasta hace poco tenía sus talleres Imprenta Marañón, se va a habilitar el albergue turístico, que seguirá la tendencia en este tipo de establecimientos con habitaciones organizadas en literas y una zona de estancia común.

Entre los aspectos novedosos del nuevo albergue respecto al concepto tradicional de este tipo de alojamientos con entre 15 y 20 plazas por habitación, es que cada uno de sus tres dormitorios, con seis literas, tendrá un baño completo individual, televisión y wifi. En una amplia sala compartida, habrá cafetera, microondas, máquinas expendedoras y otros instrumentos básicos de cocina, donde los clientes podrán prepararse, por ejemplo, el desayuno, según explica Margarita González, una de las promotoras del nuevo alojamiento, en el que s e podrá pernoctar por 10 ¤ por persona y noche entre semana y entre 15 y 20 ¤ por persona y noche el fin de semana.

El inmueble, que ya está en obras, es un edificio protegido y hasta la fecha era el único de la manzana de Herrerías que permanecía sin rehabilitar.

Ahora sus promotores se han puesto manos a la obra y han comenzado a vaciar prácticamente por completo el interior con el compromiso de mantener la fachada y la estructura exterior. La gran escalinata interior (ver foto) se sustituirá por una nueva y el tejado también será nuevo, según adelanta Margarita González en relación a la reforma integral que se va a llevar a cabo y que contribuirá a devolver el esplendor a esta zona, muy próxima a San Bartolomé, que ya en los últimos años ha experimentado una gran transformación urbanística.

Cinco meses de trabajo

Por delante quedan cinco meses de trabajo, un tiempo en el que deben acondicionar las plantas superiores, en total ocho pisos para alquiler, uno de ellos un estudio con salón comedor, cocina y baño. Tomar las riendas de este proyecto es un reto, pero Margarita González está convencida de su éxito: «La zona está muy bien, el Ayuntamiento ha hecho un gran trabajo», señala, consciente del difícil momento económico en el que llegan, pero les anima saber que la economía mejora y el turismo en Logroño está en pleno auge.