Logroño, ciudad de congresos

A su juicio, es fundamental apostar por este tipo de turismo por la rentabilidad, ya que cada congresista gasta entre 200 y 275 euros por día, desembolso bastante más elevado que el del turista convencional, que ronda los 43 euros. Rodríguez Osés no el único que da importancia a este activo económico. Los distintos sectores consultados coinciden en la capacidad de la ciudad para acoger congresos y eventos, incluso de talla internacional, y en las posibilidades de esta modalidad turística en la que es clave contar con un recurso como Riojafórum, por donde el año pasado llegaron a pasar 79.000 personas. «En nuestra ciudad es enormemente importante apostar por este sector; tenemos un Palacio de Congresos que da una imagen muy atractiva de nuestro destino y, con su equipamiento puntero, su entorno junto al Ebro y su flexibilidad, se puede afirmar que está entre los mejores del país», apunto el director general de Turismo.

Existe también unanimidad al citar «las deficientes comunicaciones» como el gran hándicap de la ciudad. «Es nuestro punto débil», admite Rodríguez Osés al referirse a la falta de conexión con el AVE, aunque incide, sin embargo, en la relevancia de Bilbao, un aliado para Logroño como puerta de entrada de visitantes a través del aeropuerto. «En realidad, está a poco más de una hora de la puerta de Riojafórum», señala, al tiempo que hace especial hincapié en la capacidad de la ciudad para desarrollar cualquier tipo de congreso.

Los eventos técnicos y científicos son los más comunes, pero, como señala Carlos López Melón, director del Hotel Gran Vía, cualquier tema es susceptible de un congreso: de hecho, días pasados sus instalaciones acogieron un encuentro de montadores de ruedas. «El sector de salud y medicamentos ha sido siempre el más importante, pero ha ido a menos desde la aparición de los genéricos», remarca López Melón. Han surgido otros como los vinculados al mundo de la automoción, la estética, el enoturismo... y otros de gran repercusión como las diplomaturas de la UNIR, las reuniones de los Testigos de Jehová, voluntarios (con presencia de los Reyes) o foros como el la espiritualidad, nanotecnologia, de derecho agrario..., todos grandes eventos. Uno de los más multitudinarios tuvo lugar hace escasos días: el congreso de úlceras por presión, que reunió 1.300 profesionales de Europa y América Latina y que puso a prueba con éxito la capacidad de Logroño como receptora de grandes eventos. «Claro que estamos preparados. Sí hemos estado años celebrando congresos sin infraestructuras, cómo no lo vamos a hacer ahora con la 'joya' de Riojafórum», señala Alberto Picatoste, portavoz del sector en La Rioja.

Logroño tiene, además, atractivo turístico y patrimonial. «La tendencia es celebrar congresos en ciudades de tamaño como la nuestra por la sensación de tranquilidad y porque permite tener más horas de ocio para hacer compras y pasear. Es una ciudad donde, además, el transporte y alojarse es más barato que en otro sitios», señala Rodríguez Osés. Conscientes de la importancia de este sector, el Gobierno riojano, junto con el Ayuntamiento, ha iniciado un estudio para conocer el posicionamiento de Logroño y las ideas que se deben transmitir sobre la nueva imagen de la ciudad y, en concreto, sobre su potencial comercial.