Amós Salvador 1 'apuntala' su historia

Amós Salvador 1, el centenario inmueble que acogiese en sus bajos durante casi un siglo la histórica armería 'La Logroñesa de Armas', está de obras. Desde hace una semana y durante los tres próximos meses, la comunidad de propietarios llevará a cabo la consolidación estructural de un edificio de finales del siglo XIX que se mantiene en pie desde la creación de la actual plaza en una zona que, desde entonces, no ha parado de cambiar urbanísticamente.

El proyecto, redactado por el arquitecto Fernando García Pérez y cuya ejecución corre a cargo de Proviser Ibérica, contempla el refuerzo de las cimentaciones existentes con 'micropilotes' y jácenas-encepado a ambos lados del cimiento presente, además de la mejora de los pilares y vigas mediante estructura metálica. Y todo ello después de que los bajos, a excepción del negocio que se ubica en la esquina con Rodríguez Paterna, recayesen en el mismo propietario y se comprobasen deficiencias en el subsuelo.

«Perforamos 11 metros e introducimos pilotes de metal en los que inyectamos lechada de cemento para posteriormente unirlos mediante encepados a la estructura actual», explicaba ayer a pie de obra Juan José Mateo, director de Cecteco, empresa especializada en consolidación de terrenos con sede en Tudela encargada de los micropilotes que servirán para asentar definitivamente el edificio.

Se da la circunstancia de que parte de la cimentación del mismo se asienta sobre los restos de la muralla medieval que en su día discurría desde la puerta de la Herventia -donde en la actualidad se instala el arco de boj de San Bernabé- hasta la torre, ahora exenta, de San Bartolomé. Tal situación ha conllevado la realización de las pertinentes catas arqueológicas para ubicar correctamente los más de 60 micropilotes que ya empiezan a introducirse en el suelo.

«No es que la cimentación estuviese mal, pero era muy mejorable... así que con su consolidación y el refuerzo del forjado de la primera planta nos curamos en salud con vistas al futuro», explicaba a Diario LA RIOJA una de las propietarias -de un total de ocho pisos, seis están ocupados-, quien comenta que ya hace dos años se hizo un estudio. «Se vio que una parte efectivamente apoya sobre la muralla medieval, y la casa, que asienta en unas zonas mejor que en otras, se mueve de distinta manera», añade.

El edificio, tal y como reconoce la vecina -propietaria desde 1996-, ha sufrido innumerables reformas. «Siempre estamos de obras», dice quien recuerda la última rehabilitación de fachadas y los problemas ocasionados tras el derribo de la vivienda anexa -hoy solar-.