Víctor Soto
Viernes, 3 de abril 2015, 13:47
No es extraño que las carreteras se tengan que cortar a causa de desprendimientos de tierra o roca. Sí resulta un poco más curioso que sea una calle la que se vea cerrada al tránsito. Esto pasó en la noche del Jueves Santo en la ... popular Travesía de Laurel de Logroño. Sobre las 23.00 horas, una patrulla de Policía Nacional acudió al entorno del número 13 para comprobar que se había desprendido un fragmento de cornisa que no hirió a ninguna persona. Inmediatamente, llegó una dotación de Policía Local que procedió a marcar un perímetro de seguridad, lo que provocó que la Travesía se cortase y no se pudiese pasar en dirección a la calle San Agustín.
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En un momento de muchísima afluencia de gente, los agentes decidieron cortar la vía por seguridad y a la espera de que llegasen los bomberos. Éstos, con una escalera mecánica, procedieron a comprobar el estado del remate del edificio, retirando los fragmentos que podían caer a la vía. La operación fue seguida y grabada con detenimiento por lugareños y visitante quienes, pese a todo, no dejaron sus pinchos y sus vinos. Casi una hora después, la calle se despejaba sin mayores incidentes, más allá del susto de algún viandante, la pérdida de negocio de uno de los bares afectados por el corte y la imagen poco habitual de bomberos y policías en acción en pleno corazón de la Travesía de Laurel.
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