'Vacaciones en paz' necesita familias de acogida para el verano

Merino ha explicado que el Ayuntamiento de Logroño "vuelve a sumarse a este programa solidario gracias al cual en torno a cuarenta niños saharauis pueden disfrutar de un verano diferente, una estancia con familias logroñesas".

El concejal ha explicado que el Ayuntamiento de Logroño destinará este año 27.500 euros a la financiación de este programa que desde hace más de veinte años promueve la Asociación Riojana de Amigos del Sahara y con el que colabora habitualmente el Consistorio logroñés.

Además, ha recordado que en 2013 el Ayuntamiento de Logroño destinó 3.500 euros en concepto de ayuda humanitaria para adquirir alimentos de primera necesidad y paliar las dificultades de los 150.000 refugiados en los campamentos de Tinduf (Argelia), en su mayoría mujeres, niños y ancianos.

Vivir en duras condiciones

Estas vacaciones estivales permiten a los niños alejarse de las durísimas condiciones de vida que ofrecen los campamentos de refugiados, donde se pueden alcanzar temperaturas entre 50 y 55 grados centígrados con deficiencias de agua y alimentación importantes.

Además, el programa permite realizar revisiones médicas a los niños proporcionándoles una atención sanitaria especializada con la que no cuentan en los campamentos de refugiados.

También les ayuda a perfeccionar el castellano -que es su segunda lengua oficial- y contribuye a reivindicar el derecho del pueblo saharaui a recuperar la tierra que históricamente les pertenece.

Entre los 7 y los 12 años

La edad de los niños oscila entre los siete y los doce años y viven en los campamentos refugiados saharauis situados en el sur de Argelia, cerca de Tinduf, en pleno desierto del Sáhara, donde sus familiares se encuentran acogidos como refugiados desde 1975.

Logroño mantiene una especial relación con la antigua Colonia del Sahara Occidental, especialmente con la Daira de Hagunia con la que la ciudad está hermanada desde el año 1991.

Los niños saharauis viven unas condiciones de extrema dureza dado que los campamentos de refugiados han cumplido más de treinta años con diferentes carencias relacionadas con la alimentación y la sanidad.