Sin luz en Primero de Mayo

El apagón dejó a oscuras, además, a una sucursal bancaria, donde en toda la mañana no pudieron realizar ninguna transacción electrónica; bares, una mercería, peluquería, tienda de zapatos, una tienda de biccletas y recambios... El malestar de todos ellos era evidente, ya que más más allá del transtorno económico, les irritó la falta de información y de un aviso previo, con al menos 24 horas de antelación, que les hubiera permitido tomar medidas preventivas. Al parecer esta notificación sí llegó a algunos de los portales (hubo casos de vecinos que no pudieron sacar sus vehículos de los garajes para ir al trabajo), pero entre los comerciantes el desconocimiento de que no iba a haber suministro eléctrico era general, tal y como constataron en un encuentro espontáneo que mantuvieron en la mañana de ayer y en el que tomaron la decisión de denunciar al Iberdrola, a la que pedirán responsabilidades por los daños causados.

A la imposibilidad de no poder atender a los clientes hubo que sumar, además, las pérdidas de todo lo que tenían almacenado en las cámaras frigoríficas. "En la nevera teníamos la comida de las compañeras, embutidos, lácteos, frutas, todo lo necesario para los pequeños...". La responsable de la guardería 'Nanny's', Sandra Íñiguez, se sentía aliviada porque el servicio de comida lo sirve una empresa, pero respecto a todo lo que tenían guardado lo daba todo por perdido, igual que el propietario del bar-café Primero de Mayo, Jesús María Velilla: "Tengo todo metido, congelados, huevos, fiambre; en fin, todo lo necesario para hacer los pinchos de la barra".

Desde otra perspectiva también mostraba su queja María Ángeles, propietaria de la administración de Lotería de la calle Huesca. "Estos días prenavideños son muy importantes para la ventas y aquí estoy tomándome un café sin poder hacer nada...", protestaba la mujer, sobre todo porque este imprevisto venía a sumarse a una campaña que viene floja: "...en comparación a otros años se están vendiendo pocos números".

Asomado desde la ventanilla de la persiana eléctrica que no pudo abrir como cada día, Antonio Miguel Prior, titular de la farmacia Prior, se disculpaba como podía con las personas que acudían con sus recetas. "No podemos dispensar nada, porque no tenemos ni la luz, ni teléfono, ni internet....", se lamentaba, sobre todo por no poder satisfacer a quienes venían a recoger medicinas de primera necesidad. "Hombre hay otras farmacias, pero a mí me hubiera gustado atenderles...". En su caso, el apagón no afectó al género guardado en cámara ('medicinas de frío'), porque en previsión de que algo así pudiera ocurrir algún día incorporó un generador con una duración de un día.