Veinte años a cara o cruz

La UD Logroñés se ha habituado en sus doce años de vida a moverse entre las urgencias. No por gusto propio. Nacer y crecer. Ascender y ahora mantenerse. Caminos con retorno, pero otra de las urgencias que apremian a este club es la falta de tiempo. No por él, sino por el fútbol riojano, en el que los intereses particulares priman sobre los colectivos. Los riojanos llegan a la última jornada vivos, con 44 puntos que son fruto del mérito de una plantilla muy condicionada, aunque globalizar no es justo. Hoy, sí. Lo importante es el colectivo, aunque de él estén ausente jugadores como Iago López, Gorka Pérez o Ander Vitoria, muy importantes hace un año. El reto es tan sencillo como complejo: ganar y que no lo hagan ni Lugo, en Vallecas, ni Alcorcón, en Cornellá. En realidad, con la derrota de uno de ellos es suficiente si los riojanos concluyen con 47 puntos. El Rayo se juega la sexta plaza, es decir, pelear por el regreso a Primera o seguir en la antesala a la élite. El Espanyol se disputa la primera plaza, que seguramente se traduzca en dinero, porque el fútbol actual no se entiende sin la influencia del euro. Ahora bien, ninguna de esas motivaciones o metas superan a la de la UD Logroñés, altavoz deportivo de una comunidad, que no de todos.

«El prestigio es importante y no se me pasa por la cabeza que Las Palmas venga a Logroño a pasearse», decía Sergio Rodríguez el viernes al referirse al rival. La UD Logroñés necesita prestigio, pero para ello debe seguir en Segunda. Esta es región de frases únicas, como la 'Tierra de los mil vinos' cuando se habla de vitivinicultura o 'Gol en Las Gaunas' cuando se rescatan al viejo Logroñés y al añorado campo de fútbol. Ahora bien, no se puede vivir del recuerdo, sino disfrutar del presente.

Sergio Rodríguez no ha alterado el día a día de su equipo a pesar de jugarse el año a una carta. «He intentado que la semana sea lo más normal posible», explicaba el viernes. Confía en la «automotivación» de su equipo. No puede ser de otra manera. Si hoy no hay alicientes, si hoy no se plasman sobre el césped, es que este equipo no merece seguir entre los mejores. Es duro, pero es la realidad. Ninguna palabra justiciará la falta de convicción, de entrena o de pelea. Es hoy o nunca. Mañana tocará hacer balance. Mañana. Hoy, no. Hoy es día del 'todos'.

«Lo único que nos vale es ganar el partido. La premura de ganar nos hará arriesgar más, pero debemos ser inteligentes», recuerda el preparador. Para su fortuna, recupera a jugadores como Iñaki, Andy y Paulino. Puede formar un once a su antojo. Sin grandes limitaciones. Un once en el que estén los mejores, no los que más currículum tengan. Los que sirvan sin pensar a los colores, porque en este último domingo de mayo lo importante son los colores, el club. Acabado el partido aparecerá la espantada.

El partido. Esa es la clave. Ganar. Solo ganar cuando apenas has sumado una docena de triunfos esta campaña. Ahora bien, las cifras están ahí para ser anuladas. Sergio Rodríguez es hombre tranquilo, aunque en este momento sienta gusanos en su estómago. Cosquilleo. Se ha ganado el derecho a asumir el futuro del equipo con dignidad porque él lo cambió para siempre. «Intento estar tranquilo porque soy el que debe transmitir al equipo. Es un partido vital», admitía. Discurso interesante, porque un equipo vive de fechas únicas. El 18 de julio del pasado año fue una de ellas. El 30 de mayo de 2021 es otra. «Vamos creciendo, pero si nos despistamos mirando a los demás no vamos a hacer lo que nos es necesario en todo los aspectos, deportivo, táctico y emocional. Ambos encuentros son muy parecidos, pero en este no dependemos de nosotros. El objetivo es el mismo, estar en Segunda. Un éxito», compara.

Para Las Palmas es un partido incómodo. Cuando no quieres herir a nadie, acabamos enfadando a todos. Pepe mira hacia adentro, hacia el futuro y no dudará en poner sobre el césped a jugadores poco habituales. También se lo ha ganado. Ahora bien, el resultado final no pasa por lo que hagan Las Palmas, Lugo o Alcorcón, sino por lo que firme la UD Logroñés. Esa es la clave. Depende únicamente de sus jugadores. Es día de confiar.