Mucho trabajo y una jugada plena

Tuvo mucho trabajo por su banda con Ozkoidi y Hernández y en ocasiones se vio superado, pero supo recuperar el sitio en todo momento.

Bien sus funciones en el centro de la zaga y bien en las ayudas a Iago en la banda derecha.

Comenzó un poco dubitativo, pero mejoró con el paso de los minutos y acabó haciéndose fuerte en su parcela.

Representa a la UD Logroñés por muchas virudes. El peligro casi siempre sale de su botas y nunca pierde la fe. Su asistencia a Leo Ruiz es simplemente soberbia. Y el gol, por supuesto.

Trabajó a destajo mientras estuvo sobre el césped. Posiblemente, sus mejores minutos de la temporada. Atento a todos los balones, cortó e inició el toque.

Obligado a retirarse en la primera mitad, se mostró más incisivo que en anteriores partidos. Genero dos oportunidades, sobre todo la primera.

Mejora con el paso de los partidos. Este domingo se asemejo mucho más a ese jugador que aparece por todos los lados para robar, ayudar e iniciar la jugada.

Posiblemente su partido más gris en los once que ha jugado. Dio la sensación de no sentirse cómodo en ningún momento y el equipo acusa durante diferentes fases su escasa participación.

Trabajo, buscó el balón por dentro, liberó el carril para la llegada de Iñaki y pudo marcar. Se gana cada minuto que juega, pero el equipo necesita que le dé más profundidad por su carril.

No estuvo acertado en la primera ocasión que tuvo para marcar porque no reaccionó a tiempo, pero su gol es fantástico porque coloca el balón donde el quiere, como se aprecia en una de las tomas televisivas. Y a todo ello aportó una trabajo enorme jugando más de una hora en solitario.

A pesar de que disfrutó de una hora de juego no aportó la frescura de otros partidos. No llegó a entrar en él plenamente, quizá porque coincidió con el crecimiento del Sabadell.

Trabajó sin descanso y se entiende bien sobre el césped con Leo Ruiz. Con el Sabadell volcado disfrutó de dos oportunidades para sentenciar el partido.

Se incrustó por delante de los centrales y se fajó con Stoichkov, que cayó por sus dominios con absoluta libertad. Cortó balones, que es lo que se le pide, pero debe pelear también los aéreos, sobre todo cerca de su área.

Intenta aprovechar al máximo los pocos minutos que está teniendo. Se quedó con la miel en los labios de marcar el segundo tras un centro de Iñaki.