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Pero, ¿eres hijo de Hristo? Es una de las preguntas que en más ocasiones ha escuchado el gaditano Juan Diego Molina (San Roque, 5/ ... 11/1993), menudo delantero que se convirtió la pasada campaña en uno de los hombres propios de la Liga SmartBank tras marcar dieciséis goles con el Alcorcón. No es hijo. «Ni tengo su carácter ni piso a nadie», ha llegado a decir el andaluz. Mañana liderará el ataque del Sabadell en Las Gaunas en busca de la tercera victoria de su equipo y del cuarto gol en su cuenta particular.
Juan Diego es Stoichkov, ya no es Juan Diego Molina. Un apodo más dentro del mundo del fútbol que tiene su origen en Barcelona cuando Hristo era un ídolo para la masa culé. Afición entre la que se incluía el padre de Juan Diego. Un día, el búlgaro entró en el bar que éste regentaba en la capital catalana y ese mismo día se juró que si tenía un hijo le bautizaría con el nombre de Stoichkov. Una posible locura, pero no la única. Maverick Viñales debe su nombre a la película Top Gun y al piloto al que daba vida Tom Cruise. No cuajó el deseo porque la madre del pequeño optó por un nombre mucho más clásico y andaluz: Juan Diego. Tampoco ha llegado a jugar en el Barcelona, más bien todo lo contrario. Estuvo en la cantera del Espanyol, con el que llegó a disputar una fase previa de la Liga Europa frente al Europa de Gibraltar.
Para su madre seguirá siendo Juan Diego, pero para el resto de los mortales es Stoichkov. Hace unas semanas soñaba con jugar en el Granada europeo, pero no hubo acuerdo entre los clubes. Tres millones estaba dispuesto a pagar el club nazarí por él, de los que algo más de un millón iría a pagar a las arcas de la Balompédica Linense. Se quedó con la miel en los labios. Dos años antes lo había traspasado al conjunto bermellón por 100.000 euros, pero se quedó con un 35% de su pase en caso de traspaso.
Así, y después de un año cedido en el Alcorcón, Stoichkov regresó a tierras catalanas para iniciar una nueva aventura en el Sabadell, equipo recién ascendido y que, amparado en la plantilla que había logrado ese salto de categoría, daba diversas pinceladas a su proyecto en Segunda. La más sonora, la incorporación del gaditano. Sin embargo, no ha sido el único en vestir la camiseta arlequinada. Prácticamente una decena de futbolistas ha pisado por primera vez la Nou Creu Alta. Y además, jugadores que han llegado de equipos importantes en la categoría, caso de Cornud (Mallorca), Undabarrena (Tenerife), Juan Ibiza (Almería), Jaime y Víctor (Valladolid) o incluso de Primera, caso de Hernández (Celta). Diferente es su protagonismo en esos conjuntos.
Antonio Hidalgo, su entrenador, no podrá sentarse en el banquillo de Las Gaunas por sanción. Sus equipos se mueven con defensa de tres, que puede pasar a cuatro o cinco efectivos si no tiene el balón. De partida, afronta los encuentros con tres centrales y con valentía en ataque, donde Stoichkov es fijo. Sus compañeros se turnan. Si juegan con tres, el gaditano arranca desde la derecha. Se suman nombres como Edgar Hernández o Guruzeta. Si juega con dos puntas, Juan Hernández suele acompañarle en sus aventuras, con el apoyó de Víctor y Ozkoidi en los carriles largos, y con Néstor como lanzadera por el interior.
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