
La esperanza es el sueño de los que están despiertos. Y la UD Logroñés se sacudió ese letargo en el que estuvo inmerso demasiado tiempo ... hace cinco encuentros. El empate de este domingo, aunque resulta escaso al sumar solo un punto en la carrera por la permanencia, genera ilusión de cara a las finales que le quedan al conjunto blanquirrojo de aquí hasta el final; un rayo de ilusión en el tramo más complicado de la temporada, en la que cualquier cosa puede suceder. Definitivamente, el bloque blanquirrojo está muy despierto.
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Evidentemente, esta UD Logroñés no es la misma de hace un mes. Sergio Rodríguez cuenta con un equipo, ideas y fútbol. No es un fútbol brillante, pero sí eficaz y que es capaz de ganar partidos. Este domingo, en Las Gaunas, el equipo riojano debió llevarse algo más que un punto. Y contra un equipo que se está jugando el ascenso -por lo menos disputar el 'play off'-. El técnico logroñés, al que muchos pedían en bandeja su cabeza, ha tenido la habilidad para dar vuelta a la situación. Una vez más. Y con los mismos jugadores que semanas atrás parecían estar en una eterna depresión, arrastrándose por los distintos campos por donde perdía el Logroñés.
Esos mismos efectivos hoy ganan partidos. O por lo menos luchan para vencer, como este domingo. El Álex Pérez que hace un mes cometía penaltis infantiles y despistes que costaban tres puntos hoy se muestra solvente y seguro, y esee domingo, por ejemplo, dio una asistencia impecable a Nano Mesa que el delantero malogró; el Paulino que se incrustaba en la banda derecha, hoy genera mucho peligro (y algún susto, también) y gana partidos; el Andy sobrepasado en el centro de campo de hace unas semanas, ha vuelto a ser el imprescindible de los inicios de curso; la portería que antes concedía demasiado, este domingo salvó un punto..., y así uno por uno cada integrante de la plantilla, incluido Andoni, que regresó a un terreno de juego después de meses y cumplió con el expediente.
Con sus argumentos, sin florituras, la UD Logroñés juega a ganar. Lo demuestra desde hace un mes, cuando Iñaki Sáenz empezó a coger confianza tras su baja. Al margen de las sensaciones y las buenas vibraciones, los resultados de los riojanos están allí: tres empates y dos victorias en este último tiempo. Esperanzador. Parece ser que ya no llueve tanto. Se vislumbra un rayo de luz en el horizonte para los blanquirrojos.
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Los de Sergio Rodríguez rezuman esperanza. Y mucha con actuaciones como la de este domingo o como frente al Mirandés o Tenerife. Pero la esperanza no da de comer. A esa ilusión hay que alimentarla con hechos, con realidades que son los puntos. La salvación todavía está lejos para este sólido Logroñés, que está muy despierto.
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