Un punto y medio

En esas circunstancias, aquella aritmética de Carlos Aimar que tras sus empates afirmaba que «uno más uno es uno más» cobra una dimensión diferente porque en la Nova Creu Alta este lunes, el Logroñés no sumó un punto, sino uno y medio.

Aparentemente, el punto no cambia demasiado las cosas, pero si ninguno de los dos equipos desafía demasiado los designios de la lógica, Sabadell y Logroñés, al final del campeonato, no estarán muy lejos de la zona peligrosa de la tabla y este lunes los blanquirrojos dejaron a los catalanes un punto más lejos. Es uno de esos puntos que no se ven, pero que pueden decantar una permanencia, el del golaverage. La victoria riojana en Las Gaunas y el empate de ayer en Sabadell le da esa ventaja mínima en el cuerpo a cuerpo.

La otra ventaja que se cobró el Logroñés es moral. Pese a las notables bajas con las que se presentó en Sabadell, la UDL no fue diferente a la de otras jornadas con todos a disposicion de Sergio; y a la salida del decepcionante Van la Parra camino de Alemania (para jugar en la segunda categoría) y la más dolorosa de Álvaro Arnedo -uno de la casa-previsiblemente a Portugalete, se compensó con el subidón que produjo ver cómo Nano Mesa, la primera vez que tocó el balón, ya estuvo a punto de escribir su nombre entre los anotadores blanquirrojos, sólo la madera se lo impidió. Fue un golpe de mala suerte, como la que había acompañado antes a Stoichkov y Hernández, delante de la portería de Dani Gimenez.