Paulino rompe el partido con una acción personal

Volvió a la portería tras superar su lesión y protagonizó dos acciones mano a mano con Cristo en las que salió victorioso. Un pilar fundamental en la victoria de la UD Logroñés.

Crece con el paso de los partidos. Tuvo algún despiste en la primera mitad a su espalda, pero no pasó apuros. Se sumó al ataque cuando debió hacerlo, pero siempre pendiente de defender.

Quizá esté en su mejor momento. Bien en el computo global. Ha mejorado en las acciones aéreas. Pudo marcar en la última acción de la primera mitad. En su debe, que el rival le sigue ganando la espalda, como ayer Cristo.

Pudo marcar con un testarazo en el primer periodo. Ha mejorado defensivamente, aunque debe utilizar mejor las manos para evitar que le saquen tarjetas como la de este domingo.

Cumple con su labor de evitar peligro por su carril, que es lo que se puede pedir a un diestro jugando por la izquierda. Cumple casi siempre.

Uno de sus mejores partidos, por no decir el mejor. Mantuvo la posición, aguantó hasta el final y no se complicó la vida. Fútbol sencillo tras robo o con el balón en su poder.

Va recuperando su tono. Ayudó en labores defensivas y confirmó algo que se apreciaba en los últimos partidos, que pisa área. Pudo marcar por dos veces.

Trabaja mucho, pero no se le ve si no se sigue su figura. Este domingo se le vio, por fin, dentro del área. Acompañó la jugada de Paulino y estuvo en el sitio adecuado para marcar. Un gol de enorme valor.

Hay días en los que es más decisivo que otros, pero siempre es un jugador fundamental para su equipo. Este domingo creció en la segunda mitad, puso buenos balones e incluso estrelló el cuero en el poste, aunque se invalido la jugada.

Es un jugador intermitente, pero desequilibrante. A veces desespera con su jugueteo con el balón, pero otras lo explota al máximo. Su secuencia en el gol de Olaetxea es simplemente fantástica. Lo hizo todo para dejar que su compañero marcase a puerta vacía.

Le falta gol y suerte. O suerte y gol. Lo demás lo deja en el campo. Ayer pudo marcar, pero no lo hizo, si bien su trabajo es enorme. Su único punto débil, que cae en fuera de juego con cierta facilidad.

Llegó un momento en el que debía molestar la salida del balón local y aguantar el cuero cuando le llegaba. Y es lo que hizo. Dentro del área se prodigó poco.

Se colocó como tercer central, en el eje de la zaga. Sin dudas en su trabajo y concentrado en los pocos minutos que estuvo sobre el césped.

Lo mejor, más allá de los minutos, su regreso a la competición. Dejó detalles de calidad, pero sobre todo puede aportar experiencia y lectura de partidos como el de este domingo.