Entre la normalidad de la UDL y el autobús del Castellón

La Unión Deportiva Logroñés volvió ayer a trabajar al Mundial 82, su casa habitual. No es asunto baladí sentirse en casa porque el Castellón está semana está sufriendo agotadores horas de autobús para acudir a cada entrenamiento. Con el campo habitual de entrenamiento de Marina D'Or en proceso de resiembra, al igual que Castalia (como Las Gaunas, deberá cambiar su césped en el plazo de un año), el club albinegro se desplaza cada día de esta semana más de cien kilómetros de ida y otros tantos de vuelta al Parador de El Saler (Valencia). El viernes podrá, por fin, pisar Castalia para su último entrenamiento semanal antes de emprender el camino hacia Logroño.

Esos casi mil kilómetros semanales se los ahorra la UD Logroñés. Ayer, entrenamiento un poco más suave que los de la semana pasada sobre la hierba natural del Mundial y pruebas PCR de coronavirus para los miembros de la plantilla.

El trabajo continúa hoy con el proceso de integración de los nuevos jugadores cada vez más avanzado y a la espera de que el club pueda mover el mercado en las próximas horas para ir cerrando la plantilla antes del 4 de octubre, fecha en la que se cierra este extraño mercado estival.