La UD Logroñés regresa a un dulce recuerdo

Un victoria importante para la historia, pero hoy se libra otra aún más importante (16.00 horas), porque es la que toca. La UD Logroñés se acostumbró a enlazar victorias la pasada campaña. Lo extraño era no ganar; lo impensable, perder. El Cartagena, con 15 puntos en la tabla y máximo goleador de la categoría junto al Espanyol, marca el ritmo de los cuatro ascendidos. Intratable en casa en sus últimas dos comparecencias, con tres goles a Las Palmas y otros tantos al Albacete, mide la recuperación de los riojanos, que por primera vez se alejan un poco del descenso y han ligado dos triunfos consecutivos, ante Oviedo y Alcorcón.

«No sé como lo ha hecho, pero el Cartagena tiene jugadores con más caché, sobre el papel, que el resto de equipos ascendidos», explica Sergio Rodríguez al valorar a un equipo que cuenta con el pichichi de la categoría, Rubén Castro, autor de siete goles, pero además con «ocho o nueve hombres de peso en Segunda y con experiencia en Primera». Conclusión, no le «sorprende» la marcha del equipo efesé. «Es muy completo», añade.

Y no le falta razón. El conjunto que entrena Borja Jiménez, que ahora apuesta por un 4-4-2 y no por el 4-4-3 de sus inicios, y por un fútbol «más directo y práctico» que le da buenos resultados, ha hecho bueno aquello de ser fuerte en casa, a lo que aspira el propio Sergio perdió en su primer partido en el Cartagonova ( segunda jornada), pero ya no ha pasado por ese trance. Ganó a Lugo y más recientemente a Las Palmas y Albacete y empató ante el Fuenlabrada.

Entre esos «ocho o nueve jugadores» destacan tres: Rubén Castro, Elady y Gallar. El primero suma siete goles, el segundo, dos y el tercero, uno, si bien añade tres asistencias de gol. Los tres han participado, además, en los catorce tantos del equipo. Segunda conclusión, es fundamental parar a este trío, sin descuidar al resto. «No necesita de fútbol de conjunto», advierte Rodríguez. «En casa se está mostrando muy determinante. Dispone de jugadores con capacidad para generar sin necesidad del bloque y con un nivel de acierto muy alto. Su potencial es enorme. ¿Castro? De cara al gol es extraordinario, pero no en esta campaña, sino a lo largo de su trayectoria», destaca el preparador. Castro, nueve disparos a puerta, siete goles. Todo dicho.

Además, por si no tuviera suficientes virtudes, añade la precocidad. «Hace muchos goles, sobre todo en la primera mitad». destaca, lo que, a su juicio, resta cierta importancia a los diez que ha encajado. «Cuando el encuentro está igualado no recibe muchos. No es un equipo de mal balance defensivo ni que pierda balones en zonas comprometidas. Ese número no tiene mucha validez, porque cuando vas ganando con holgura aparece un punto de relajación», añade. Conclusión, marcas antes que él.

Así, y sin renunciar a nada ofensivamente hablando, el técnico valora todas las cartas de su manojo. «No podemos salir solo a atacar o solo a defender, sino que debemos ser equilibrados», señala antes de admitir que «valora» la opción de comenzar el partido con tres centrales para tener mayor presencia en labores defensivas cuando el partido lo demande. «Tenemos claro cómo vamos a empezar. Es importante tener versatilidad y minimizar las virtudes del rival», puntualiza. En Fuenlabrada apostó por esta idea pensando que el adversario jugaría con dos puntas. No encajó gol, pero tampoco tuvo llegada al área madrileña.

En Cartagena debe solventar esas carencias y debe tomar decisiones. Primero, quién ocupa la portería: Miño o Santamaría, una vez que el portero catalán ha viajado. Se ha perdido cinco encuentros. También ha incluido Rodríguez a Medina. Siddiki, Sierra y Petcoff se han quedado en Logroño por diferentes problemas físicos. El once sigue siendouna lotería, aunque siempre hay fijos en el mismo, caso de Iñaki o Andy Rodríguez. A Rubén Martínez se le mantiene abierta la puerta de la titularidad. Una de las dudas es Bogusz. Con unos y otros, la conclusión final es sencilla: la ideas deben estar muy claras y, si es posible, que no marque el Cartagena en la primera mitad o simplemente, que no marque. Fácil no es.