El Logroñés se lo jugará a la ruleta

Los blanquirrojos se lo juegan todo en la última jornada y no les vale apostar a rojo o negro. Igual luego conformarse con ese premio no es malo, pero de salida tienen que fiar todo a un número y rezar a que la bola gire y gire, pero acabe en el elegido. No es fácil, pero la bola tiene que girar y el balón rodar.

El Logroñés durante muchos minutos (casi todos a excepción de los que fueron del segundo gol local al firmado por Leo) hizo bueno aquello de «jugamos como nunca, perdimos como siempre».

Aunque en el minuto 3, la UDL certificó su error defensivo habitual que, como siempre acabó escrito en el marcador; esta vez sí, el Logroñés salió al césped consciente de que la vida se le iba en cada balón.

Quizá espoleado por esa acción que había movido el marcador cuando los aficionados riojanos todavía no se habían acomodado en el sofá, el Logroñés tiró de raza, peleó como nunca había hecho y robó muchos balones, pero no los aprovechó. La vista se le nublaba al acercarse a la portería. Es un mal que le ha perseguido toda la campaña, pero aun así todavía dispuso de ocasiones para haber equilibrado el marcador. Tras el segundo tanto andaluz, el Logroñés se vino abajo y entró en su peor fase. Solo el penalti local errado le dio aire otra vez y le permitió meterse en el partido con un gol de Leo que no sirvió para puntuar ni para ocultar las carencias de un delantero que, o hace falta, o está en fuera de juego. Quedan 90 minutos. No va más.