El Logroñés coge el tren en Miranda

Si el 2 de enero, los blanquirrojos pusieron fin a una racha triunfal frente a los ferroviarios, ayer dieron continuidad a la victoria conseguida en Las Gaunas y atisban un horizonte más despejado antes de esperar al Rayo Vallecano.

Los blanquirrojos exhibieron este domingo una solvencia olvidada. Jugaron con aplomo, sin prisas, sin precipitación, tuvieron llegada y aunque en defensa aún echaron algún borrón, la Unión Deportivo Logroñés sin tener la fantasía del Ajax de Cruyff de principio de los 70 o el Milan de Sachi a finales de los 80, fue un equipo serio, muy bien colocado (por ello robó infinidad de balones), que tuvo una constante presencia en el área rival y que, por fin, pudo rentabilizar el desborde (tantas veces excesivo) del cántabro Paulino. El blanquirrojo que más tiempo lleva el balón pegado al pie y consecuentemente el que recibe más tarascadas rivales.

Junto a esas virtudes, los blaquirrojos cuentan con un intangible como es el carácter de Iñaki. El calahorrano no puso este domingo los mejores balones del partido, sus centros no siempre fueron precisos y sus balones, por ello, no encontraron rematador; sin embargo, especialmente en los últimos minutos, Iñaki fue omnipresente, robaba, luchaba, perseguía cada balón como si le fuera vida... cuando las farmacéuticas acaben de producir vacunas, deberían tratar de clonar a Iñaki. Si este equipo tuviera tres como él, tampoco hace falta más, haría soñar a toda la comunidad.