La UD Logroñés anhela la continuidad definitiva

Continuidad. Es la palabra clave en el presente de la UD Logroñés. Los riojanos juegan esta tarde en Anduva (18.15 horas), campo que llevan visitando desde la década anterior, pero este compromiso es inédito pues jamás se habían enfrentado ambos conjuntos en Segunda División. Cambia categoría y jugadores, pero no el objetivo: ganar. La situación clasificatoria de los burgaleses es más desahogada, pero la victoria siempre es el deseo único; los riojanos también la anhelan por motivos diferentes, aunque en el fondo lo único que les importa es regresar a casa con 39 puntos en su cuenta.

«Lo que hizo el Mirandés en Gijón es una machada», decía Sergio Rodríguez para alertar a despistados. Se refería al triunfo logrado en El Molinón en un partido condicionado por las numerosas bajas que presentó el club ferroviario por el COVID-19. Y efectivamente fue un triunfo inesperado, pero es el encanto, al menos uno de ellos, de la categoría.

El Mirandés suma 44 puntos. No tiene la permanencia garantizada, pero la acaricia con sus manos. Y este Mirandés no es de hace siete días. José Alberto López, su técnico, ha abandonado el hospital Santiago Apóstol después de unos días ingresado y la plantilla ya no está tan mermada, sino que durante la semana ha ido sumando efectivos hasta superar la veintena de jugadores disponibles para la ocasión. Ahora bien, hasta que arranque el partido no se sabrá si el preparador se sienta en el banquillo.

Así, los frentes se multiplican para los blanquirrojos, aunque se simplifican en la meta fijada. La UD Logroñés se mide a un rival con una situación cómoda en la tabla, con más potencial que hace siete días, con un nivel anímico reforzado por su triunfo en Gijón y, en menor medida, avalado por el histórico de enfrentamientos, que dice que los riojanos solo han ganado en una ocasión en Anduva, en el año 2010.

Sin embargo, la única preocupación de Sergio Rodríguez y sus hombres es ganar. Nada más. Y nada menos. Vencer supone dar continuidad al triunfo cosechado sobre el Tenerife; dar consistencia a estas tres últimas jornadas sin perder y con mejoría tanto en el juego como en los resultados; y evitar que se pueda volver a pensar que la victoria en este equipo es lo extraordinario. La UD Logroñés ganó el 2 de enero al Mirandés y permitió imaginar que la mala racha había concluido, pero desde aquella fecha pasaron casi cien días hasta que volvió a disfrutar del triunfo.

Conscientes de la situación de ambos conjuntos, Sergio Rodríguez despide una semana en la que ha recuperado a jugadores, pero en la que no podrá repetir once titular por cuarta vez, ya que la sanción a Damián Petcoff le impide estar sobre el césped. El relevo natural es Jaime Sierra, pues Jon Errasti no está en condiciones de reaparecer. La tercera ausencia es la de Dani Giménez, por lo que la portería queda en un mano a mano entre Rubén Miño, titular en este momento, y Roberto Santamaría. «Ni yo mismo sé el once. Tenemos algún jugador más recuperado, pero hay algún otro que no estará en condiciones», decía el técnico el viernes.

Entre esos jugadores se incluyen nombres como los de Enrique Clemente o Dani Pacheco. Ambos pueden jugar, aunque es difícil pensar que lo hagan desde inicio después de tanto tiempo apartados de la competición. El once no es el mismo con ellos que sin ellos, pero quien lo condiciona de verdad es Iñaki Sáenz. Si se mantiene en la medular, los cambios serán mínimos; si retrasa su posición al lateral, habrá un efecto dominó, aunque esta última opción solo parece posible si Pacheco se suma a la formación inicial.

«Veníamos de muchos partidos sin ganar (2 de enero, cuando se venció al Mirandés) y aquel triunfo nos dio un respiro, pero no tuvimos continuidad. Esperemos que la victoria sobre el Tenerife nos impulse y ahora sí alcancemos esa continuidad», admitía con cierto anhelo Rodríguez el viernes.