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El estreno de la Unión Deportiva Logroñés en Las Gaunas como equipo de Segunda División dejó un grato sabor de boca a la plantilla, el cuerpo técnico y los resignados aficionados, que tuvieron que ver el partido desde los ordenadores o televisiones de sus casas. ... El 3-1 ante el Athletic supone un subidón anímico para encarar dos semanas cruciales antes del inicio de liga. Cada vez el tiempo corre más rápido para todos. La competición está a la vuelta de la esquina y queda mucho trabajo por realizar.
El primero y más evidente, el de la dirección deportiva. Las renovaciones, la contratación de Álex Pérez y el regreso como cedido de Iago López conforman el actual haber de Carlos Lasheras. En el debe, la llegada de hasta ocho jugadores (si no hay salidas) que completen y refuercen a una plantilla con gente experimentada en Segunda, pero también con novatos. Ya anunció Lasheras que hasta el 5 de octubre hay tiempo para las firmas, pero el reloj no para.
De momento, el jueves, la plantilla blanquirroja tiene que viajar a Mareo para enfrentarse al primer adversario de su categoría, el Sporting de Gijón. Después de dos duelos ante 'primeras' con ambiciones (Real Sociedad y Athletic), la UD Logroñés debe mirarse en el espejo de un histórico para saber dónde se encuentra. Para la cita en Asturias, Iago López podría ser un recurso, aunque la prudencia pide esperar y el sábado la banda derecha estuvo cubierta con solvencia por dos canteranos: Sergio García y David Hernández.
Podría ser la única pieza nueva mientras en los despachos se cierran contrataciones y cesiones, que se irán multiplicando al acercarse el inicio de la temporada, cuando los técnicos de los equipos de Primera tomen decisiones.
Pero también hay frentes abiertos en el césped. Y, en este caso, no sobre el césped. Porque la hierba del Municipal de Las Gaunas le jugó una mala pasada a los de Sergio Rodríguez en el retorno a su estadio. Los blanquirrojos se habían podido entrenar un día en el verde y la preocupación no era similar a la que se evidenció después de los 90 minutos del encuentro ante el Athletic.
De un verde aparentemente inmaculado aunque con un parche en la ya tradicionalmente problemática portería del fondo sur, se pasó a un territorio de guerra. Blando, muy blando, la lluvia que apareció antes del descanso ayudó a que se levantase el césped en casi todo el campo.
La imagen dada ante las cámaras y, sobre todo, ante los representantes de LaLiga fue negativa, algo especialmente grave en un estadio que se estrenará en Segunda. Toca tomar medidas inmediatas en un asunto, el del cuidado de la hierba, en el que el tiempo para su recuperación es más que necesario.
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