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Víctor Soto
logroño.
Viernes, 24 de julio 2020, 08:12
Miguel Santos todavía muestra amargura cuando habla de la encerrona vivida en Torrent ante el Huracán. Disputó 78 minutos en la ida y 12 en la vuelta, antes de acabar llorando sobre el césped y consolado por los rivales. La lesión del árbitro, la ... actuación de su ayudante, la llamada por megafonía para buscar otro colegiado, los penaltis, las expulsiones... El día más negro de la historia blanquirroja.
«Sentimos que habían jugado con nosotros, con nuestra ilusión. Más que tristeza era rabia», recuerda Miguel Santos de esa fase de ascenso, la primera lograda por la entidad de la mano de Carlos Pouso. «En lo futbolístico, era imposible que nos ganasen. Estábamos siendo mucho mejores, incluso con nueve tuvimos la oportunidad de ganar», recuerda. Pero la pésima actuación arbitral acabó con el sueño y abrió el camino al viaje más largo: «En el autobús estábamos hundidos, con cara de tontos. No lo podíamos creer»,
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