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Las Gaunas, durante el confinamiento, lucía un aspecto ideal después de un invierno muy ajetreado, pero el primer amistoso y el informe de LaLiga obligan a cambiar el césped. S. TERCERO
De jugador número 12 a problema número 1

De jugador número 12 a problema número 1

El estado del sésped de Las Gaunas pone a la UD Logroñés en su primer compromiso ante LaLiga

Víctor Soto

Logroño

Miércoles, 2 de septiembre 2020, 07:51

Las Gaunas y su afición, como cualquier estadio, siempre han sido el jugador número 12. Pero ahora, sin público en las gradas y con las nuevas exigencias llegadas desde LaLiga, el campo se ha convertido en el problema número uno de la entidad presidida por Félix Revuelta. La culpa la tiene el césped y su estado, pero también el proyecto fallido del estadio, que ya ha cumplido su mayoría de edad.

Tras conocerse que LaLiga había considerado «no apto» el césped del Municipal, el edil y presidente de Logroño Deporte, Rubén Antoñanzas, insistió ayer en que se ha vuelto a reclamar a LaLiga «un informe completo para saber qué actuaciones concretas debe llevar a cabo, incluyendo los detalles de la exigencia de cambiar el césped del estadio». «Es imposible licitar una obra del cambio de césped en poco más de dos semanas», explicó en referencia al inicio liguero, añadiendo que en una licitación pública «si todo va bien» el plazo mínimo ronda los tres meses y el usual, unos siete.

Para Félix Revuelta, propietario del club, lo necesario es emprender las obras cuanto antes y el Ayuntamiento debe ser el ejecutor. «Es el propietario y está hecho un desastre», recalcó el empresario. Si el concejal, el lunes, aseguraba que no habría problemas para disputar los encuentros de Segunda en Las Gaunas, Revuelta ayer no era tan optimista. «Si está mal [el césped], se puede prohibir. Te pueden decir que te busques otro estadio», señaló. Y en La Rioja no hay opciones. «El déficit de instalaciones es grande», abundó Revuelta, en referencia también a la falta de campos de hierba natural para entrenarse y a las trabas que está encontrando para construir uno en la futura ciudad deportiva blanquirroja.

Logroño Deporte tiene claro que afrontará la inversión. «Tenemos una predisposición total a tener un campo municipal en las mejores condiciones. Pero es lícito pedir exactamente las necesidades para que se pueda jugar con normalidad. Debemos saber cuáles son las prioridades y los plazos», recalcaba Antoñanzas. «Siempre hay cosas. Que el informe llega tarde, que no hay tiempo... Los otros ascendidos, como Cartagena o Castellón, ya han empezado las obras», resumía Revuelta.

Todo cambiaría, también el pagador, si el estadio lo gestionase la UD Logroñés. Pero ese camino parece cerrado. «Se han planteado todas las opciones, pero la UDL ha manifestado que no tiene interés en gestionar Las Gaunas y no hemos seguido avanzando en esa línea. Quieren que la gestión sea municipal», insistía el edil. Y la UDL no quiere porque sabe lo que hay: «Cuando gestionamos el campo vimos muchos problemas. No está terminado. Se podría explotar muy bien, pero no me dejan hacer nada. Coger un campo así costaría más de 300.000 euros de mantenimiento al año, pero también hay oficinas, juega el EDF y tendría que gastar mucho para poder explotarlo, dinero que prefieren dedicar a la plantilla. Lo primero es mantenerse y luego, estar luchando por Primera», resumía el presidente blanquirrojo. Y ese sueño de Primera podría cambiar todo. «Si hay que invertir para explotar el campo, si subimos, igual me interesa comprarlo. Yo quiero invertir, como en la ciudad deportiva, para que el club tenga su patrimonio, pero no invertir en algo a medio hacer», añadía.

Si las modificaciones necesarias en el campo (sala de VAR, acondicionamiento de gradas, sectorización...) no fueran suficientes, el asunto entró de lleno en la política. El edil Pablo Santaolalla, del Partido Popular, pidió al alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, «medidas necesarias, con carácter de urgencia, para poder cambiar el césped». Además, acusó al equipo de gobierno de no haber cuidado el césped: «Desde el 20 de marzo al del 12 de agosto no se ha trabajado con la previsión necesaria respecto a las obras necesarias en el campo».

Ese punto fue desmentido por Logroño Deporte, minutos después: «El cuidado del campo no ha parado en ningún momento. Las facturas –por 36.000 euros desde que estalló el COVID-19– han sido enviadas al PP para que rectifique su acusación».

A pesar de que los trabajos sí fueron realizados en el confinamiento, el mal del césped parece endémico. Y ahora que LaLiga mira todo con lupa, el problema se multiplica. Y el tiempo corre en contra de la UD Logroñés.

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