La UD Logroñés alivia su dolor de cabeza

La vuelta del balón a Las Gaunas después de seis meses dejó dos certezas: Logroño ha regresado al fútbol profesional tras veinte años de ausencia; y, segundo, el césped es una calamidad y tema de conversación televisiva. Y lo seguirá siendo durante un tiempo ante la dejadez de su propietario, que parece pensar que tiene más poder que LaLiga en temas futbolísticos y que el verbo tapa los hechos. Error.

Sergio Rodríguez dio continuidad al once de Gijón con la salvedad de entregar la titularidad a Ousama, uno de los mejores, y dejar en el banquillo a Rubén Martínez. Un gesto en un día de gestos. Primer partido, primer gol y debut de dos jugadores, Leo Ruiz y Unai Medina. Y si bien el fútbol son gestos y detalles, la victoria requiere de algo más que de un discurso que hable sobre ella. UDL y Castellón no querían perder. Otra cosas es ganar. Por momentos, el partido fue una segunda prórroga del vivido el 18 de julio, aunque aquel fue mucho más emocionante. El Castellón es uno de esos equipos que duerme con su fútbol, pero que siempre sabe lo que hace e incluso es capaz de que el juego de su adversario sea feo. Un bloque que, con apenas cuatro tiros entre los tres palos, acumula tres goles. Ayer sólo disparó en una ocasión hacia la red de Miño y la encontró. Hasta ese minuto 72 no había dado muestras de ambición ofensiva, sino de espera, de especulación. Pero en su haber incluye que jamás baja la guardia, aunque la expulsión de su capitán y puntal defensivo Rafa Gálvez pudo pasarle factura en la jugada del gol local.

La UD Logroñés fue de menos a más. Andy pudo marcar en dos ocasiones en el primer periodo. En la primera, Gálvez metió el pie para desviar el cuero, que buscaba el poste izquierdo. En la segunda, Óscar atrapó el testarazo junto a la cepa del mismo palo. Ese crecimiento local se sustentaba en la verticalidad de Ousama y poco más, porque Vitoria navega en la soledad de ser el único punta. Difícil, muy difícil. Curioso lo de Andy, sacrificado a centrocampista casi defensivo cuando el año pasado superó la decena de goles jugando más adelante. Y curioso que un equipo con tantos mediocentros acabe jugando con dos mediapuntas (Olaetxea es el otro) con la misión de recuperar el balón y sacarlo desde la zaga.

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Salvo levantar la voz al pedir una pena máxima por caída de Fidalgo que revisó el VAR, el Castellón fue equipo de toque y sin llegada. En esa primera mitad, seis balones lanzó la UDL desde la esquina; ninguno el Castellón, que tampoco probó para saber si Miño tenía ajustados sus guantes. El paso de los minutos equilibró el duelo. Seguía siendo mejor el once local. Zelu encaró desde la distancia a Satrústegui. Nuevo córner. Trece en total y un solo remate. Otro problema ofensivo. Poco después y ante ese cerrojazo, Álex Pérez disparo desde la frontal, como más tarde hiciera Carles Salvador para asomar la cabeza y ver que sí, que había campo más allá de lo tres cuartos ofensivos.

La aparición despertó a los levantinos. Se había sumado al partido Leo Ruiz en la UDL, pero sobre todo Rubén, que fue pieza básica en el 'play off' castellonense. Entre Óscar, portero, Satrústegui, lateral con cuerpo de central, y Rubén fabricaron el gol tras recorrer cien metros. Toque, apoyo, cambio de ritmo y un rival retratado por su pasividad. Y, sobre todo, la banda derecha, como en Gijón. Iago había hecho un gran esfuerzo y casi había anulado por completo a Marc Mateu, determinante con sus centros, pero aquí le ganó la espalda Rubén, tras una pared al borde del área con Satrústegui. El lateral izquierdo, sí. Bien es verdad que Iago no tiene ayuda en su banda. Zelu se va a los medios para desaparecer y defensivamente apenas aporta. Y no solo ayer. Paulino amenaza.

El peor de los escenarios se completaba. Campo vacío, lluvia, césped para avergonzar a toda una ciudad y derrota. Todo ello a falta de dieciocho minutos. Rodríguez cambió el sistema. Medina e Iñaki, el mejor, de carrrileros y dos puntas: Leo y Roni. La UD Logroñés es otro equipo con dos atacantes juntos. Olaetxea sigue siendo un media punta defensivo. Aceleraron los locales. Ousama buscó la escuadra, pero apareció Óscar, protagonista de nuevo poco después a balón parado con Iñaki como lanzador.

Gritaban los jugadores del Castellón desde la grada; guardaban silencio los locales. Síntoma de derrota. Miño se sumaba a la enésima acción a balón parado. El gol hacía justicia con los dos mejores blanquirrojos. Iñaki puso un balón más al área, Ousama se lo dejó a Roni y este superó a Óscar. Celebración mayor que evita abrir una tableta de ibuprofeno. Al menos hasta el próximo sábado (20.30), en el estadio de Gran Canaria de Las Palmas.