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Bienvenidos a Segunda División, a la que quienes la conocen la definen de igualada y de efecto montaña rusa, en la que tres victorias te meten con los mejores y tres derrotas te hunden con los peores. La UD Logroñés aprendió este sábado esta ... lección en El Molinón gijonés. No es suficiente con trabajar mucho y bien, porque los errores se pagan en ambas áreas. Y aquí hay más calidad que en Segunda para aprovecharlos. Eso le pasó al cuadro riojano en su debut en la categoría. Un error le condenó a la derrota cuando acariciaba el empate que buscó desde el inicio, con solidez defensiva y ausencia ofensiva. Era el minuto 88. Djuka rompió el sueño riojano de puntuar en el estreno.
Llevaba razón Sergio Rodríguez cuando comparó los dos partidos contra el Sporting en el plazo de diez días. El de este sábado no se parecería en nada al jugado en Mareo. De hecho, ni en los nombres. El once de la UD Logroñés sí que se asemejaba. Su fondo de armario no alberga en este momento más allá de la temporada pasada, con algún retoque, personificado por Álex Pérez.
Empatar hubiera sido un magnífico resultado. La tarde animaba a la sorpresa después de ver al Castellón ganar en Ponferrada con un gol en el último minuto (y de rebote) del riojano Adrián Lapeña. Gol a fin de cuentas. En El Molinón no se repitió la ruptura de guion y el Sporting sumó los tres puntos cuando casi daba por bueno el empate.
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Sporting
Mariño, Bodgan, Babin, Borja López, Pablo García, Gaspar (Álvaro, 74), Javi Fuego, Pedro, Aitor (Pablo Pérez, 89), Manu García y Djuka
1
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0
UD Logroñés
Miño, Iago, Álex Pérez, Gorka, Iñaki, Zelu (Bobadilla, 86), Errasti (Sierra., 70), Andy, Rubén Martínez (Andoni, 62), Olaetxea (Petcoff, 62) y Vitoria (Roni, 70).
Goles: 1-0, min. 88. Djuka supera a Miño con un disparo cruzado tras regatear a Álex Pérez.
Árbitro: Gorostegui Fernández. Colegio Vasco. Amonestó a Errasti.
incidencias: Primera jornada de la Liga SmartBank. El Molinón. Partido a puerta cerrada.
Los hombres de David Gallego buscaron con mayor intensidad el gol y la victoria, pero la juventud de muchos de ellos les otorga cierta inocencia ofensiva. La defensiva se desconoce, porque no sufrieron en ningún momento ante un adversario que colgó su primer balón al área en el minuto 52. Mariño lo atrapó sin problemas. Así, el Sporting jugó. Quiso la posesión. La UD Logroñés, con su once previsible, era el orden personificado en labores defensivas, pero la ausencia de la posesión desgastaba mucho, sobre todo a Andy y Errasti, que basculaban de un lado para otro. Además, el granadino se pierde en esa faceta, porque su fútbol es mucho más cercano a la otra área. La UD Logroñés quería buscar la salida, pero no la encontraba, aunque el Sporting tampoco se acerca a los dominios de Miño.
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Víctor Soto
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Se atisbaba igualdad, con matices. Cuando Manu García aparecía entre líneas, la UDL sufría. Djuka era el hombre. Por dos veces ganó al espalda a la zaga. Álex corrigió en ambas a Gorka y, además, en la segunda el balcánico se topó con el poste izquierdo de Miño. Sin llegar a pisar área con claridad, el Sporting recurría al lanzamiento de media distancia. Ahora bien, si daba profundidad por banda, con Gaspar, Bogdan o Aitor, los riojanos se desajustaban. El Sporting pidió penalti después de que Errasti, multiplicado en labores defensivas, desviase el balón con su brazo izquierdo al lanzarse a pies de Manu García. No se pitó. Ni en Gijón ni en Madrid, en la sala del VAR.
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La UD Logroñés se marchaba a vestuarios dando la sensación de hechuras defensivas y carencia atacante que Sergio Rodríguez intento corregir tras el descanso. Adelantó a Andy y retrasó a Olaetxea. Los riojanos gozaron de un fútbol algo más fluido, de una llegada ligeramente superior, pero jugar con un único punta también tiene sus inconvenientes, a los que se sumaba la ausencia de acciones a balón parado cerca del área gijonesa. Otro hándicap para los riojanos.
A ese primer balón al área de Iñaki que acabó en manos de Mariño respondió el Sporting con agilidad. No quería que la UDL pensara que podía ganar en el templo de Quini. Aitor se sacó un latigazo que buscaba la escuadra. Miño despejó con sus puños. Poco después apareció Gaspar y el portero catalán volvió a responder. Aun así, y paradojas del fútbol, el Sporting iba apagándose. Echaba de menos la creatividad de Manu García y el paréntesis participativo de Djuka. La UDL dormía el encuentro con un ritmo lento mientras mantenía su espartanos orden y disciplina.
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Andoni López, Petcoff, Sierra y Bobadilla se sumaron al duelo en el breve espacio de ocho minutos pasada la hora de juego. Frescura que la UD Logroñés no interpretó a su favor. Petcoff se ubicó en la media punta, algo que extrañaba. Quizá, y junto a Roni, quería obligar al Sporting a jugar en largo o robar ese balón del gol de la victoria. Tampoco pasaba apuros el Logroñés, aunque el Sporting ganase con suma facilidad la espalda a Andoni López y entrase por dos veces en el área, con opción de último pase. Iñaki había adelantado su posición a la medular. Sin balones tampoco existió, como el resto de atacantes.
Desajustes en las bandas solventables con las ayudas. Se trataba de aguantar. Bobadilla se colocó como tercer central cuando el equipo ya empaquetaba para regalo su primer punto. El gol demostró que no fue una buena idea el cambio de sistema. Desajuste en la medular y en la zaga para que fluyese la creatividad y la eficacia de los desaparecidos Manu García y Djuka. Gol y sueño roto. Quizá la UDL no mereció perder, pero desde luego nunca hizo nada por ganar una victoria de quilates. Segunda División.
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