La UD Logroñés se topa con un enemigo inesperado

Empate. Sinónimo de decepción cuando las expectativas son altas. La UD Logroñés solo pudo sumar un punto en Castalia frente al Castellón, por lo que todo sigue prácticamente igual. El conjunto orellut, con los mismos positivos, estará por delante en la tabla siempre que el goal average general lo dictamine. Los riojanos sumaron un punto, aunque se dejaron dos, pues fueron superiores a su rival, más ambiciosos sin llegar a desnudarse defensivamente y, además, estrellaron tres balones en la madera, dos Álex Pérez y uno Paulino. Como dijo Sergio Rodríguez al término del compromiso, el tiempo dirá si el punto es bueno o no. Dependerá de la clasificación.

El fútbol es una cuestión de confianza, en este caso entre entrenador y jugador. Y fruto de ella, Sergio Rodríguez decidió solventar la ausencia de Lander Olaetxea desplazando a Dani Pacheco al centro del ataque, por detrás de Mesa, aunque arrancando desde la izquierda. Quería más posesión y la encontró (un 62,6%). Tenía otras opciones el preparador, pero la confianza es la confianza. No hizo más retoque, salvo el esperado de la inclusión de Petcoff, para encarar un compromiso en el que debía ganar a un rival directo para valorar el compromiso en cuatro puntos. Los tres del triunfo y el cuarto del goal average. Hizo méritos, pero no goles.

Superados unos primeros minutos embarullados, en los que el balón cambiaba de bando con demasiada rapidez y nula precisión, los riojanos asumieron el mando del compromiso. Al menos, el de la posesión. El Castellón no se la discutió y, consciente además de las dificultades ofensivas de su adversario, se parapetó defensivamente con tres centrales en su línea, incluso el riojano Adrián Lapeña, que se movió en el lateral.

Circulaba el balón la UD Logroñés, aunque una vez alcanzada la zona de la verdad le faltaba velocidad para desajustar a la posicionada zaga. Así, sus mejores ocasiones llegaron a balón parado, como un remate de Bobadilla, que se marchó a la izquierda de Óscar. Era superior en la estrategia el cuadro blanquirrojo, pero sin remate letal. Ahí estuvo la clave, al menos una de ellas. Es decir, asustaba, pero nada más.

Para el once orellut el partido era cómodo. Trabajar defensivamente y esperar. Marcar y ganar. Cuatro de sus últimos cinco partidos había concluido con victoria en Castalia. La espera le dio la primera oportunidad, tras un monumental error de Iago en la salida. Entregó el balón a Jorge Fernández al borde del área, pero Rubén no precisó el disparo desde el punto de penalti después de la dejada de cara de Ortuño. No era el primer error, manantial de las escasas oportunidades locales. En el segundo periodo, el que se equivocó fue Bobadilla, pero Ortuño no acertó en los últimos metros.

Aun así, era superior la UD Logroñés, aunque solo en el fútbol. Otra acción a balón parado derivó en una vaselina de Mesa a la espalda de la zaga para que Álex bajara el balón con el pecho y lo estrellase en el larguero. Fue lo mejor. Un delantero actuando como un nueve puro. Mejor, pero sin gol; mejor porque era un equipo atrevido, sin perder de vista su área, y con muchas más virtudes que ocho días atrás.

Ahora bien, todo ello carece de valor si no hay acierto. Y la UDL careció de él. No variaron las posturas tras el descanso, aunque el Castellón protagonizó unos minutos de agitación. A ver qué pasa, debió pensar, pero sin alardes ofensivos. Sus laterales no pasaban de la medular, salvo en contadísimas ocasiones. Ortuño y Rubén Díaz avisaron, pero nunca con el balón entre los tres palos. La UD Logroñés, también, si bien con la madera como diana no deseada. Paulino vio el balón de Iñaki al primer palo, ganó la diagonal pero se topó con el poste derecho. Poco después Pacheco puso el cuero en el corazón del área. Emergió Álex Pérez para toparse de nuevo con el larguero. Tres maderas. Inusual en este equipo que llega poco y suele aprovechar mucho.

Recompuso Rodríguez el once en busca del arreón final. Garrido, también. Dejarlo todo para el final, para ese golpe de fortuna. Mucho más el Castellón que la UD Logroñés. Pero el golpe no llegó. Jorge Fernández no aprovechó una contra tras un error de Bobadilla, pero tampoco Bogusz dos balones en el área castellonense. Y sin acierto en la definición, el cero es inamovible más allá de que hayas sido ambicioso o hayas jugado mejor.

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