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El dinero no lo es todo en la millonaria Segunda

El dinero no lo es todo en la millonaria Segunda

Diferencias. La UD Logroñés se estrena en una Liga Smartbank que este curso cuenta con 216 millones de tope salarial y que se abona a las sorpresas

Víctor Soto

Logroño

Viernes, 31 de julio 2020, 08:31

La Unión Deportiva Logroñés está comprobando que la gloria del ascenso deportivo, el disfrute del sueño por fin logrado, está quedando en el olvido. El primer trago amargo de la resaca de Segunda llegó con un terrible dolor de cabeza: el adiós de muchos hombres estrechamente vinculados a la historia blanquirroja. Y el segundo pasa por mirar lo que queda en el bolsillo.

Como después de las noches más locas, ahora al cerebro le toca recomponerse, con ese puntito de feliz resaca, y empezar a planificar un futuro inmediato que estará vigilado, muy vigilado y para el que la UD Logroñés contará con lo justo.

Las obligaciones se multiplican, la entrada en el fútbol profesional conlleva muchas exigencias y la sala de máquinas de la UDL trabaja a tope en dos frentes: el deportivo (el mutismo es la orden en el equipo que dirige Carlos Lasheras, aunque el mercado no deja de bombardear nombres con notables intereses por parte de intermediarios: el racinguista Jordi Figueras, Moussa Sidibé, Erice, Campuzano, el cachorro Areso...) y el institucional. Toca reorganizar la nave para atracar en un puerto desconocido como es el de Segunda División.

En el curso que aún no ha terminado los topes salariales han ido de los 29 millones del Girona a los 4,1 del Fuenlabrada

Y en el club ya se han estudiado bien las cuentas de la categoría. Esta temporada aún inconclusa en la Liga Smartbank (restan los 'play off' que, en teoría, disputarán Zaragoza, Girona, Almería y Elche, a la espera de lo que ocurra con el culebrón del Fuenlabrada) el dinero destinado a pagar plantillas, cuerpos técnicos, primas y diversos gastos superó los 216 millones de euros. Es la suma de los denominados topes salariales que impone LaLiga a cada club atendiendo a su capital, su previsión de ingresos, su situación económica, sus haberes y también sus debes. Esa posibilidad de gasto, diferente en cada equipo, desequilibra el mercado y provoca que la competición nazca desigual.

Las primas que recibirá, por ejemplo, el próximo año el Espanyol tras descender de categoría (o que en este curso ha percibido el Girona) sextuplicarán el dinero que un recién ascendido puede gastarse en su plantilla. Normas injustas, sí, pero que permiten a LaLiga repartir los dividendos económicos de la televisión, mantener el orden e ir premiando a los que escalan poco a poco. El sueño de llegar arriba es más grande que el miedo a quedarse sin el maná televisivo.

En este curso que comenzó el pasado 17 de agosto en Segunda, el Girona fue el equipo que más dinero podía destinar a su plantilla: un total de 29,3 millones de euros. Recién aterrizado desde Primera, viniendo de un año con ingresos superiores a 57 millones y con la ayuda que LaLiga da a los recién descendidos, superaba en más de diez millones a Rayo Vallecano y Almería, que ocupaban el podio de conjuntos 'ricos'. Los almerienses se vieron premiados económicamente por la llegada de capital extranjero a su club. Curiosamente, ninguno de los tres ha logrado el ascenso directo, aunque Girona y Almería pelearán en la polémica fase de ascenso que sigue pendiente de los casos de coronavirus del Fuenlabrada y de las decisiones judiciales.

La UD Logroñés deberá mirarse en el espejo de los recién ascendidos: dos han perdido la categoría y otros dos se mantienen

El Huesca, con 16,3 millones, otro recién descendido, sí ha aprovechado el colchón económico que supone caer de Primera para tomar impulso y retornar a la Liga Santander.

Pero el escalafón de equipos con plantillas en teoría más valiosas hace replantearse si el dinero lo es todo en el fútbol. Las Palmas, con un tope salarial de 12,3 millones, acabó en una insulsa novena posición, mientras que el Deportivo de La Coruña, con 11,4 millones destinados a su plantilla, cuerpo técnico... ha descendido (al menos en teoría). Ha sido el Cádiz, con el décimo mayor gasto de este curso en la Liga Smartbank, el otro equipo que acompaña al Huesca en su camino directo hacia la élite.

Recién ascendidos

Pero el espejo donde deben mirarse los blanquirrojos es el de los ascendidos en la temporada 18/19. Y se reparten los motivos para la preocupación y para la esperanza. Dos de ellos, Extremadura y Racing, descenderán. Otros dos, Mirandés y Ponferradina, se mantendrán

Curiosamente, entre los seis equipos que comenzaron este curso la Segunda División con menor tope salarial (desde los 5,3 millones del Numancia hasta los 4,1 del Fuenlabrada, cifras en las que se va a mover el próximo año la UD Logroñés), hay uno que en teoría jugará la fase de ascenso (Elche) otro que se ha quedado a las puertas y que está pendiente de su futuro (Fuenlabrada), dos que descienden (Numancia y Racing de Santander), otro que se ha salvado por los pelos (Ponferradina) y un ejemplo cercano, el Mirandés, que ha realizado una gran campaña para concluir en mitad de la tabla con el hándicap de ser un recién llegado.

Tocará a Carlos Lasheras y su equipo realizar un encaje de bolillos para contratar a una docena de futbolistas contrastados que se sumen a los actuales y que no superen el tope salarial que, en las próximas semanas, deberá marcar LaLiga en cuanto conozca las cuentas de la UDL. No todo es dinero en Segunda, pero está claro que para los que empiezan de abajo, como es el caso de los riojanos, todo resulta más difícil.

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