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Bienvenido a la Liga de Fútbol Profesional, LaLiga. Es la nueva casa de la UD Logroñés. Lo es desde el 18 de julio, el pasado sábado, cuando el equipo riojano ganó al Castellón en la tanda de penaltis y logró el ascenso. La Liga SmartBank es la competición, aún no cerrada, en la que la entidad de Las Gaunas competirá con el objetivo de seguir en ella más allá del 1 de julio del 2021. Una competición que tiene un control casi absoluto sobre los clubes, a los que les otorga derechos, pero les exige una enorme rigidez financiera para evitar pasajes como los que vivió el CD Logroñés en el año 2000, con descenso por impago incluido.
Esta LFP es la misma en la que militó el CD Logroñés entre los años 1987 y 2000, pero en realidad no tiene nada que ver una institución con otra por la evolución que ha experimentado. Nació en 1984, pero su relevancia económica la ha adquirido en el actual siglo, gracias al dinero que llega desde las plataformas televisivas. Este maná tuvo su germen, por ejemplo, en aquellos primeros repartos de dinero que llegaba desde el desaparecido Canal +. El CD Logroñés de la campaña 1996/97, en pleno proceso de venta de la propiedad, recibió ya 4,8 millones de euros (800 millones de pesetas). La UDL ingresará más dinero por el reparto televisivo, pero estará más controlada.
El control económico que impone LaLiga es estricto. Los clubes no pueden gastar lo que quieran, sino lo que ésta les permita atendiendo a su capacidad financiera. Cada club debe presentar un presupuesto anual, con ingresos y gastos; un estudio de inversiones y desinversiones en el que se cuantifica, por ejemplo, los derechos federativos de sus jugadores, y otras partidas relacionadas con el inmovilizado y el material; un informe en el que se especifica la capacidad financiera para obtener ingresos; una relación de accionistas y empresas relacionadas con la propiedad del club y un informe de tesorería, en este caso mensual. Y a todos esos números les debe dar el visto bueno LaLiga para fijar el presupuesto definitivo.
Además, esta distingue entre clubes en números azules o rojos. A los últimos les eleva las exigencias y les resta margen de maniobra para gastar. Si no hay aprobación, hay que replantear los números.
La gran ventaja que tiene la UD Logroñés en este proceso de profesionalización reside en que Félix Revuelta ha gestionado la entidad como una empresa desde su nacimiento y que, sobre todo, es una sociedad anónima deportiva. Podrá ahorrarse ese camino y el trago que supone suscribir el capital social.
No es lo mismo contar con un presupuesto, por ejemplo, de 10 millones de euros que tener la posibilidad de gastar ese importe al completo en la plantilla del primer equipo de la entidad. Una vez que la entidad que preside Javier Tebas aprueba el presupuesto, el club ya sabe qué partida puede gastar en fichajes.
Normalmente, el porcentaje suele situarse en torno al 40% de la cifra de negocio presupuestada y admitida, pero si los números no son los que LaLiga estima adecuados puede verse rebajado al 30%. Es decir, prima la estabilidad financiera. Todo ello guarda relación con el indicador llamado 'Punto de Equilibrio Presupuestario'. Si no gestionas bien el dinero tendrás menos recursos para disponer de un mejor equipo. A mejor gestión económica, más dinero para invertir.
LaLiga diferencia entre jugadores inscribibles y jugadores no inscribibles, lo que permite al club establecer el denominado coste de la plantilla deportiva inscribible. Una manera más sonora de diferenciar entre futbolistas del primer equipo al cien por cien y jugadores del filial que se entrenan con el de Segunda, pero tienen menos oportunidades de competir.
Esta ventana permite a las entidades jugar con el presupuesto, ya que estos últimos, los no inscribibles y los equipos femeninos, que en este caso lo hay, no se incluyen en el coste de la plantilla inscribible, es decir en ese 40%. Sí que están en ese epígrafe, además de los futbolistas del primer equipo, el cuerpo técnico, los jugadores con contrato laboral, aunque no tengan ficha y aquellos futbolistas que pueden generar contraprestaciones económicas. El resto se considera 'no inscribible'.
Uno de los grandes cambios que experimentarán los jugadores de la UD Logroñés, los que continúen y los que lleguen, será su ficha anual. La Liga establece que la cantidad mínima es de 77.500 euros brutos. En el caso de Primera es de 155.000 euros.
Estas cifras acogen también las partidas de prima de fichaje, sueldo mensual y las primas de partidos. En el último convenio se ha logrado una subida del 17% respecto al anterior. Así, el sueldo neto anual se queda en 52.112 euros, después de pagar 25.387 euros por los conceptos de IRPF y Seguridad Social.
De estas cuantías disfrutan los jugadores inscribibles, es decir, los que son de la primera plantilla por pleno derecho. Los números en los que se mueven los jugadores no inscribibles son más modestos, pero LaLiga puede obligar al club a cambiar la denominación de un futbolista no inscibible a inscribible si entiende que es la que le corresponde por protagonismo o cotización.
¿Por qué no protestan los clubes ante horarios de juego como las 12.00, 14.00 o 22.00 horas de lunes a viernes? Porque el dinero que ingresan por derechos de televisión representa una cifra muy elevada dentro de su presupuesto. Mandan las plataformas televisivas y los aficionados de la UDL deben desterrar la idea de animar a su equipo los domingos a las 17.00 horas. Jugará cuando decida la televisión. Ya se ha visto esta temporada, por ejemplo, con los horarios a los que ha se ha visto abocado el EDF Logroño en la Liga Iberdrola.
La Liga repartió 205 millones en la temporada 2018/19 entre sus veintidós equipos por diferentes conceptos. El Málaga ingresó 30 millones de euros gracias a la compensación por el descenso de Primera División. Las diferencias entre ambas categorías es enorme. El Huesca, el que menos dinero recibió por este concepto esa misma campaña, se elevó a 44,2 millones. El Eibar, que no hace mucho tiempo jugaba en Las Gaunas, alcanzó los 50,8 millones de euros.
En Segunda, equipos como el Rayo Majadahonda o el Extremadura, que lograron el ascenso aquel verano del 2018, ingresaron 5,6 millones por derechos televisivos. Si acabas la temporada en la zona media alta, reto del que habla Félix Revuelta, esa cifra se acerca a los 8 millones.
No será con efecto inmediato, ya que LaLiga da un año de cadencia a los clubes que ingresan en el fútbol profesional, en este caso en Segunda División, pero Las Gaunas deberá abandonar su imagen habitual si continúa en la categoría en la temporada 2021/22 (o asciende) y todas las butacas de las gradas (casi 16.000) deberán del mismo color. Ahora son rojas, en el primer anfiteatro y blancas en el segundo. La única licencia que se permite es señalizar el graderío con butacas de un segundo color, como se puede observar en las gradas laterales al leer 'Las Gaunas'.
En el caso de la publicidad, el tratamiento es el mismo, como se puede ver en los diferentes recintos de Primera o Segunda. Si se elige un fondo rojo para la vallas y la marca en blanco, todas deben mantener ese mismo estilo. Lo único diferente, publicitariamente hablando, es el anillo televisivo a pie de campo y que suele ser de paneles luminosos. Ahí, con toda la gama de colores.
Es evidente que la UD Logroñés jugará en Las Gaunas. LaLiga no establece reglas en este sentido, aunque la instalación tendrá que adecuarla a las exigencias de la competición en materia de videovigilancia, dotarla de VAR y llevar a cabo obras, posiblemente menores, de mejora, ya que el campo abrió sus puertas el año 2002.
El EDF podrá seguir jugando en el recinto blanquirrojo y, seguramente, esa sea la opción elegida por el Ayuntamiento de Logroño, salvo que este desee librarse del mantenimiento del mismo, que ascenderá, porque demandará más cuidados e incluso más seguridad. La Rosaleda dispone de seguridad privada las 24 horas del día, por ejemplo.
Entre esas obras menores se incluirán puestos para las cámaras de televisión, porque se retransmitirán todos los encuentros de la temporada. La Rosaleda cuenta con WIFI y circuito cerrado de televisión para seguir los partidos en las cabinas que ocupan los medios de comunicación.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
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