Según el portal Expedia.es, más del 40% de los encuestados declaran que es muy importante prestar atención a los looks para salir a pista y fotografiarse después. Es más, uno de cada diez admite que es más importante la visibilidad que dan a su viaje en las redes sociales que la calidad de la nieve y el disfrute de la propia actividad. Para más inri, más de uno confiesa haber mentido sobre sus habilidades en este tipo de deportes. Con estos datos sobre la mesa, con los catálogos de moda abiertos de par en par y con un Instagram lleno de hashtags de #Zermatt #Baqueira, #Chamonix y #Courchevel, diseccionamos lo que se supone que tenemos que llevar en nuestras escapadas a la montaña.
La industria de la moda nos ha querido transmitir la imagen idílica de esquiadoras enfundadas en ceñidísimos monos de colores, que utilizan equipaciones de última generación (por no mencionar las que llevan esquís de Chanel o Gucci con el logo bien grande) y que no se despeinan (ni se caen) ni aun bajando pendientes de 45º de inclinación. Cuando acaban su jornada de esquí se ponen un gorro de pelo al más puro estilo Verushka en los 70', seleccionan el color de las Moon Boots que mejor combinan con su cazadora de Perfect Moments y bridan con Möet en su lodge de madera. Pero amigas, la realidad a la que se enfrenta la esquiadora de a pie es bien distinta.
Si perteneces a esa extensa mayoría que lleva los pantalones prestados de su cuñada, que alquila los esquís en la misma tienda de la estación y que acaba con los mofletes colorados, con una maraña de pelo encrespado y con algún que otro moratón fruto de caídas del todo esperadas, nos preguntamos: ¿es posible mantener la compostura y estar mona sobre las pistas? ¿Y después?
La respuesta es 'sí'. Si quieres estar a la última sin parecer la Barbie esquiadora, mete en tu maleta alguna de estas prendas o accesorios imprescindibles, bonitos y calentitos. ¿Lo mejor? Es que los puedes reutilizar en los días fríos y fuera de las pistas de esquí.
Un plumífero corto
Se acabaron los ostentosos abrigos yeti: los plumíferos han vuelto para quedarse. Han arrasado en las calles y también lo han hecho en la montaña. Las chaquetas acolchadas han conseguido desterrar a las cazadoras más deportivas, a base de color o algún que otro toque retro. Triunfan los arco-iris o la combinación 'vintage' de blancos, rojos y azul marino. Si lo tuyo es la discreción, el color negro será tu mejor aliado y funcionará por encima de cualquier tendencia.
Unas botas de montaña
Cuando te quitas las botas de esquí solo desearás enfundarte en un calzado cómodo, adaptable y calentito. Las botas de estilo alpino están de rabiosa actualidad, en el asfalto y en la nieve, y hay cientos de modelos donde elegir. Con suela 'track', acordonadas, de estilo 'treckking' o estrictamente 'après-ski' para las más puristas.
Un jersey de punto
Las hombreras y los bordados de flores se reservan para la calle. Lo único que prevalecerá será el tejido de punto en los jerséis más agradables. Ya sean de cuello alto, de ochos, con frases bordadas o con bandas tricolor… es la prenda más agradecida para disfrutar con estilo del resto de tu jornada en la nieve.
Monos o pantalones térmicos
Al igual que una buena chaqueta, un pantalón térmico es imprescindible para sacar el máximo rendimiento a tu estancia en la montaña. Por eso, es mejor no escatimar en prendas que te aíslen de las bajas temperaturas. Las últimas tendencias apuntan a llevar pantalones más ceñidos que hace unos años, con el bajo ligeramente acampanado, refuerzos acolchados en las rodillas. Si no te convence, siempre te quedarán los monos, si es que te resultan más cómodos. Existen buenas opciones calidad-precio y sino, como decíamos antes, siempre te quedará pedírselos prestados a alguien de tu entorno.
Gorros de lana... ¿o balaclavas?
Con pompón, sin pompón o de estilo andino. Los gorros de lana son un complemento imprescindible cuando te quitas el casco, no solo porque te seguirá protegiendo del frío, sino porque disimulará esa indefendible melena que se te quedará tras largas horas de ejercicio. Y atención, porque editoras de moda como Leandra Medine auguran la vuelta de la llamada 'balaclava', esa especie de pasamontañas que cubre parcial o totalmente la cabeza, el cuello y el rostro. Si has nacido antes de los 90', seguro que sabes de lo que hablamos. Calvin Klein y Gucci también lo predijeron en sus últimos desfiles de otoño-invierno. ¿Lo veremos este año sobre las pistas?
Gafas polarizadas
Hay quienes, incluso, esquían con ellas, pero la realidad es que son imprescindibles en los momentos de relax sobre la nieve, ya sea a la hora de comer o en el momento 'après-ski'. Se trata de unas lentes especiales que bloquean al luz del sol que llega a los ojos de forma horizontal, como ocurre con la que se refleja en el mar o en la nieve. De este modo, se permite el paso a la luz vertical que se puede aprovechar para ver claramente. Hay cientos de modelos adaptados a esta necesidad, desde los más deportivos a los más sofisticados.
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